Oh Señor, soberano nuestro, ¡qué imponente es tu nombre en toda la tierra! ¡Has puesto tu gloria sobre los cielos!
Salmo 8:1.
Lectura diaria: Salmo 8::1-8. Versículo del día: Salmo 8:1.
ENSEÑANZA
Dios desea que reconozcamos su poder y esplendor porque solamente Él es digno de recibir toda adoración. Lo admiramos en el silencio de la noche, con una hermosa luna roja rodeada de puntos infinitos; en el atardecer cuando en la lejanía un sol fulgurante, expande sus rayos mezclándolos entre cielo y tierra; contemplando desde una playa el mar perdido en el horizonte; lo descubrimos en la hermosura de un lirio o de una rosa. Ante tanta grandeza, concluimos que no somos nada y sin embargo su amor es tan sublime que ha fijado sus ojos en el hombre, llenándolo de gloria y honra (verso 5). Somos conscientes de su majestuosidad, y por tanto nos obligamos a reconocerlo así ante el mundo. Como niños, que hablan con sinceridad y genuinamente, debemos alabarle y exaltarle para silenciar a aquellos que demeritan sus obras.
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario