Acaso no es Efraín mi hijo amado? ¿Acaso no es el niño en quien me deleito? Cada vez que lo reprendo, vuelvo a acordarme de él. Por él mi corazón se conmueve; por él siento mucha compasión», afirma el Seño.
Jeremías 31:20. NVI.
Lectura: Jeremías 31:14-20. Versículo del día: Jeremías 31:20.
MEDITACIÓN DIARIA
Mira, el Señor también
nos está hablando a cada uno. Pon tu nombre y déjate consentir por el Señor. Si
bien el Señor sabe que hemos caído, Él desea restaurarnos: “Me has azotado como
a un ternero sin domar y he aceptado tu corrección. Hazme volver, y seré
restaurado; porque tú, Señor, eres mi Dios. Yo me aparté, pero me arrepentí”
(vv. 18-19). A pesar de haber caído, la misericordia y el amor del Señor son
tan grandes, que Él mismo se encarga de restaurarnos y llevarnos nuevamente por
el camino exacto.
Mi amado Señor:
gracias por estar atento a mis caídas y tribulaciones. Bien se yo, que no
solamente tengo que agradecerte en el día bueno sino en toda situación y
circunstancia. Gracias por venir a rescatarme y devolverme el gozo de la
salvación. Acepto Señor tu disciplina; me aparté de Ti y me desvié; estoy
arrepentido(a). Gracias por amarme
tanto. ¡Te amo mi Señor y Dios!
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario