Los guardias del Templo volvieron a los jefes de los sacerdotes y a los fariseos, quienes los interrogaron: —¿Se puede saber por qué no lo han traído? 46 —¡Nunca nadie ha hablado como ese hombre! —declararon los guardias.
Juan 7:45-46. NVI.
Lectura: Juan 7:45-52. Versículos del día: Juan 7:45-46.
MEDITACIÓN DIARIA
Los fariseos junto con los
jefes de los sacerdotes mandaron unos guardias para arrestar a Jesús porque
muchos de la multitud creyeron en Él, cuando el Señor les enseño en la fiesta
de las Enramadas. Entonces, se preguntaban si no sería Él, el Cristo (ver Juan
7:28-32). ¿Qué enseñaba Jesús? Simplemente daba el mensaje de la Buena Nueva de
Salvación, haciéndoles entender que Él era el agua viva que bajó del cielo para
que todo el que la tomara no volviera a tener sed jamás. Unos creyeron sus
enseñanzas otros no. Los mismos guardias dieron fe; “¡Nunca nadie ha hablado
como ese hombre! Por eso replicaron los fariseos: “—¿Así que también ustedes se
han dejado engañar?” (v. 47 en la lectura).
No, ellos no estaban
engañados, estaban conociendo la Verdad que es el mismo Señor Jesús (Juan
14:6). Te pregunto: ¿tú le conoces o también estás engañado por el mundo? Jesús
murió en tu lugar para darte vida eterna. Mira, te invito para que lo conozcas
personalmente a través de una oración. El Señor no está interesado en la
belleza de tus palabras sino en la sinceridad de tu corazón. Si te parece te
puedo guiar. Dile así:
Señor Jesús:
entiendo que necesito conocerte. Sé que me amas y que moriste por mis pecados en
la cruz del Calvario. Gracias Jesús. Hoy decido abrirte la puerta de mi vida
para que seas mi Señor y Salvador. Toma el control del trono de mi vida y hazme
la persona que deseas que yo sea. Gracias por perdonarme, limpiarme y darme la
vida eterna a tu lado.
Un abrazo y bendiciones.
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