¿Por qué tendría que temer cuando vienen dificultades, cuando los enemigos me rodean? Ellos se fían de sus posesiones y se jactan de sus grandes riquezas. Sin embargo, no pueden redimirse de la muerte pagándole un rescate a Dios.
Salmo 49:5-7. NTV.
Lectura:
Salmo 49.1-9. Versículos del día: Salmo
49:5-7.
MEDITACIÓN
DIARIA
Las
riquezas son efímeras; los que confían en sus posesiones y se jactan de ellas, tienen
que darse cuenta de que nada de eso redime la muerte. Tanto ricos como pobres
terminan de igual modo: en una tumba. Dios no necesita que se le pague rescate alguno
por parte de nosotros. El que vino a pagar el rescate por muchos se llama Jesús
de Nazaret. Jesús pagó por todos los pecados de la humanidad, en la cruz del
Calvario, con su crucifixión y muerte. La verdadera riqueza está en la relación
de cada uno con Dios. La Biblia dice que Dios por su infinito amor (Juan 3:16)
tiene un plan maravilloso para cada persona y que ese plan está dado a través
de Jesucristo (Juan 10:10b); sin embargo, el hombre no puede gozar de ese plan
puesto que es pecador (Romanos 3:23 y 6:23). El Señor Jesús se convierte en la
única provisión de Dios para el pecador porque Él murió en nuestro lugar (Romanos
5:8) y es el único camino para llegar a Dios Padre (Juan 14:6). Por esta razón
es indispensable que todos reconozcamos lo que el Señor Jesús vino a hacer por
nosotros y lo recibamos por fe en nuestra vida como Señor y Salvador (Juan 1:12,
Efesios 2:8-9). Recibimos al Señor Jesús a través de una oración que exprese sinceramente
ese deseo. Si te parece te puedo guiar con una oración; dile así:
Señor
Jesús: entiendo que te necesito porque me amas tanto que diste tu vida por mí.
Gracias porque moriste en la cruz por mis pecados. Hoy decido abrirte la puerta
de mi vida para que seas mi Señor y Salvador. Toma el control del trono que yo
manejo y hazme la persona que deseas que yo sea. Gracias Jesús por perdonarme, limpiarme
y darme la vida eterna a tu lado. Amén.
Un abrazo y bendiciones.
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