Luego cayó de rodillas y gritó: —¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado! Cuando hubo dicho esto, murió.
Hechos 7:60. NVI.
Lectura:
Hechos 7:1-60. Versículo del día: Hechos
7:60.
MEDITACIÓN
DIARIA
La
lectura nos habla del arresto de Esteban. Esteban fue el primer mártir. Lo arrestaron
después del discurso que pronunció ante el Concilio. En el discurso, él hizo un
recuento desde Abraham hasta llegar a Jesús, el Justo. A los del Concilio, les
dice: “¡Tercos, duros de corazón y torpes de oídos![l] Ustedes son iguales que
sus antepasados: ¡Siempre resisten al Espíritu Santo! 52 ¿A cuál de los
profetas no persiguieron sus antepasados? Ellos mataron a los que de antemano
anunciaron la venida del Justo, y ahora a este lo han traicionado y asesinado
53 ustedes, que recibieron la Ley promulgada por medio de ángeles y no la han
obedecido” (vs. 51-53). Claro, nada de esto, les gustó a los que lo escuchaban,
entonces lo lapidaron. Sin embargo, Esteban, le pide al Señor, no tenerles en
cuenta ese pecado. ¡Qué capacidad de perdón de este hombre!
Mi
pregunta es: ¿tú estás dispuesto a perdonar de igual manera? El Señor nos manda
perdonar a nuestros enemigos; y perdonar, es perdonar completamente. No aquello
de ‘perdono. pero no olvido’. Eso es lo que se dice en la oración del Padre
Nuestro (Mateo 6:9-15): “Perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros
hemos perdonado a nuestros ofensores” (Mateo 6:12 NVI). Por favor, no me vaya a
salir con lo que me dijo una persona, una vez que le compartía sobre el perdón:
‘esa parte del Padre Nuestro, no la digo’. Muy dura esa afirmación. Hay que
perdonar: perdonar totalmente.
Amado
Señor Jesús: Tú que pasaste los sufrimientos más duros, nos enseñaste a
perdonar. Permite que ahora, por duras o crueles que sean las ofensas, nos des
esa misma capacidad de perdón. Gracias, bendito Jesús, porque cada día, no solo
nos muestras más de tu amor, sino también de tu incuestionable perdón. Gracias;
gracias por esta lección sobre el perdón. ¡Te amamos Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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