lunes, 14 de octubre de 2024

Sólo Jesús puede llenar los vacíos de tu vida

 

La risa puede ocultar un corazón afligido, pero cuando la risa termina, el dolor permanece. 

Proverbios 14:13. NTV.


Lectura: Proverbios 14:13-26.  Versículo del día: Proverbios 14:13.


MEDITACIÓN DIARIA


Este versículo me remota a la poesía “Reír llorando”, del poeta mexicano Juan de Dios Peza y uno de sus versos dice así: “Oh, cuántas veces al reír se llora; Nadie en lo alegre de la risa fíe; Porque en los seres que el dolor devora; El alma llora cuando el rostro ríe”. Es por lo tanto muy cierto este versículo del Libro de Proverbios. Hay personas que su vida es muy tormentosa y no dejan traspasar sus penas; entonces se colocan una máscara para que nadie pueda llegar a su corazón. Sin embargo, tenemos una noticia magnífica: el Señor Jesús puede llenar ese vacío a través de su Santo Espíritu, a todo el que se acerque a Él. Blas Pascal, científico y matemático francés decía: “En el corazón de todo hombre existe un vacío que tiene la forma de Dios. Este vacío no puede ser llenado por ninguna cosa creada. Él puede ser llenado únicamente por Dios, hecho conocido mediante Cristo Jesús”.


“El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Juan 10:10 NVI). Por esto es muy importante aceptar al Señor Jesús en nuestras vidas. Él dijo: “—Yo soy el camino, la verdad y la vida —contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí” (Juan 14:6 NVI). No hay otro camino ni hay otro método diferente para ser completos. Solamente lo logramos con Cristo, el Señor y Salvador. Te pregunto: ¿quieres llenar ese vacío que hay en tu vida? Jesús te ama; Él vino a darte una vida completa y una eternidad a su lado. En este momento le puedes decir a Jesús con tus propias palabras que lo necesitas. Si no sabes cómo, puedo ayudarte con una corta, pero sincera oración. Dile así:


Señor Jesús: mi vida está llena de vacíos que me hacen colocar una máscara para que nadie vea mi fracaso. Yo te necesito y sé que me amas. Hoy decido abrirte la puerta de mi vida para que seas mi Señor y Salvador. Gracias porque viniste a morir por mí; perdona mis pecados; toma el control del trono con todos esos vacíos e incertidumbres que yo manejo y hazme la persona que deseas que yo sea. Gracias Jesús por perdonarme, limpiarme, llenar mi vida con tu Presencia y por darme la vida eterna Contigo. Amén.


Un abrazo y bendiciones.

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