La risa puede ocultar un corazón afligido, pero cuando la risa termina, el dolor permanece.
Proverbios 14:13. NTV.
Lectura: Proverbios
14:13-26. Versículo del día: Proverbios
14:13.
MEDITACIÓN DIARIA
Este versículo me remota
a la poesía “Reír llorando”, del poeta mexicano Juan de Dios Peza y uno de sus
versos dice así: “Oh, cuántas veces al reír se llora; Nadie en lo alegre de la
risa fíe; Porque en los seres que el dolor devora; El alma llora cuando el
rostro ríe”. Es por lo tanto muy cierto este versículo del Libro de Proverbios.
Hay personas que su vida es muy tormentosa y no dejan traspasar sus penas;
entonces se colocan una máscara para que nadie pueda llegar a su corazón. Sin embargo,
tenemos una noticia magnífica: el Señor Jesús puede llenar ese vacío a través de
su Santo Espíritu, a todo el que se acerque a Él. Blas Pascal, científico y
matemático francés decía: “En el corazón de todo hombre existe un vacío que
tiene la forma de Dios. Este vacío no puede ser llenado por ninguna cosa
creada. Él puede ser llenado únicamente por Dios, hecho conocido mediante Cristo
Jesús”.
“El ladrón no viene más
que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida y la tengan en
abundancia” (Juan 10:10 NVI). Por esto es muy importante aceptar al Señor Jesús
en nuestras vidas. Él dijo: “—Yo soy el camino, la verdad y la vida —contestó
Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí” (Juan 14:6 NVI). No hay otro
camino ni hay otro método diferente para ser completos. Solamente lo logramos con
Cristo, el Señor y Salvador. Te pregunto: ¿quieres llenar ese vacío que hay en
tu vida? Jesús te ama; Él vino a darte una vida completa y una eternidad a su
lado. En este momento le puedes decir a Jesús con tus propias palabras que lo
necesitas. Si no sabes cómo, puedo ayudarte con una corta, pero sincera oración.
Dile así:
Señor Jesús: mi
vida está llena de vacíos que me hacen colocar una máscara para que nadie vea
mi fracaso. Yo te necesito y sé que me amas. Hoy decido abrirte la puerta de mi
vida para que seas mi Señor y Salvador. Gracias porque viniste a morir por mí;
perdona mis pecados; toma el control del trono con todos esos vacíos e
incertidumbres que yo manejo y hazme la persona que deseas que yo sea. Gracias
Jesús por perdonarme, limpiarme, llenar mi vida con tu Presencia y por darme la
vida eterna Contigo. Amén.
Un abrazo y bendiciones.
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