El Señor de los Ejércitos Celestiales dice a los sacerdotes: Un hijo honra a su padre y un sirviente respeta a su señor. Si yo soy su padre y su señor, ¿dónde están el honor y el respeto que merezco? ¡Ustedes han tratado mi nombre con desprecio!
Malaquías 1:6. NTV.
Lectura: Malaquías 1:1-8. Versículo del día: Malaquías 1:6.
MEDITACIÓN DIARIA
Muy buena pregunta para
hacernos nosotros los cristianos. Un día le dijimos al Señor Jesús que fuera
nuestro Señor y Salvador. Cuando hicimos esa oración de fe, también entraron en
nuestra vida el Padre y el Espíritu Santo, ¿pero sí honramos a nuestro Padre
Celestial como debiera ser? El Señor Jesús dijo que el Padre y Él eran uno solo
(Juan 10:30), es un misterio que posiblemente no entendemos, sin embargo, es
importante que, tanto al Padre como al Hijo y al Espíritu Santo, les demos la
honra, honor, gloria y respeto que merecen. No podemos seguir diciendo que
somos cristianos así no más; por los frutos nos conocerán. Demos el fruto del
Espíritu adecuado, para que cumplamos con la voluntad del Padre y el Señor
Jesucristo sea exaltado.
Amado Padre
Celestial: gracias por llamarnos tus hijos; gracias porque un día nos miraste
con tus ojos bondadosos y misericordiosos y permitiste que conociéramos a Tu
Hijo Jesús, para tener el derecho de ser parte de tu reino. Tú como buen Papito
deseas de nosotros todo el respeto y la adoración que mereces. Padre Santo,
gracias, muchas gracias por recibirnos como tus hijos. Te exaltamos y damos
honor y gloria a Ti. Santo, Santo Dios Todopoderoso; los cielos cuentan la
gloria Tuya, la tierra, los mares, el sol, la lluvia, tormentas y huracanes nos
hacen sentir tu Presencia. Eres el Dueño del universo entero y el hombre, un
simple mortal del que has tenido memoria y compasión. ¡Sólo Tú Dios Santo y
Verdadero Eres digno de recibir toda la adoración!
Un abrazo y bendiciones.
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