De modo que me acercaré a ustedes para juicio. Estaré presto a testificar contra los hechiceros, los adúlteros y los perjuros, contra los que explotan a sus jornaleros; contra los que oprimen a las viudas, a los huérfanos y niegan el derecho del extranjero, sin mostrarme ningún temor —dice el Señor de los Ejércitos—.
Malaquías 3:5. NVI.
Lectura: Malaquías 3:1-5. Versículo del día: Malaquías 3:5.
MEDITACIÓN DIARIA
De lo primero que habla
la lectura es del precursor del Señor: de Juan el Bautista que vendría antes, a
prepararle el camino al Mesías prometido que había de venir y que pronto
volverá. Él, Jesús, el Salvador de la humanidad dispone el corazón del hombre pecador
para atraerlo hacia su redil. Siempre como Dios inmutable que no cambia estará
en contra de los hechiceros, los adúlteros y los perjuros. Y fijémonos bien en
esta Palabra: en los que explotan al trabajador, contra los que oprimen a las
viudas, a los huérfanos y al extranjero. El Señor está listo a abogar por ellos
(Santiago 5:4; Salmo 146:9).
Reflexionemos sobre la
importancia de la justicia y el temor a Dios. Todo lo descrito en el versículo
del día es exclusivamente porque falta un verdadero temor a Dios. Tal vez
muchos incrédulos y ateos no quieren escuchar sobre Dios ni su Mesías que puede
cambiar el corazón del más pecador, pero para todos, todos, está abierto el
plan de salvación. ¿Deseas conocer al Salvador? Te invito a hacer una pequeña
pero sincera oración.
Señor Jesús:
entiendo que te necesito. Hasta ahora he vivido en medio de la esclavitud del
pecado, pero hoy decido entregarte mi vida para que seas mi Señor y Salvador.
Gracias por buscarme; sé que moriste por mis pecados y te pido perdón por
ellos. Toma el control del trono que yo manejo y hazme la persona que deseas
que yo sea. Gracias por perdonarme, limpiarme y permitirme conocer el plan que
tienes para mí. Gracias por la salvación que me regalas. Amén.
Un abrazo y bendiciones.
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