jueves, 24 de octubre de 2024

Esposas y esposos a cumplir lo correspondiente

 Esposas, sujétese cada una a su esposo como corresponde a quienes pertenecen al Señor.  Maridos, ame cada uno a su esposa y nunca la trate con aspereza. 

Colosenses 3:18-19. NTV.


Lectura: Colosenses 3:18-25. Versículos del día: Colosenses 3:18-19.


MEDITACIÓN DIARIA


La lectura está basada en las instrucciones dadas para una familia cristiana; sin embargo, centré los versículos del día en la relación directa entre los esposos. Hay un mandato para las esposas y otro para los esposos. Quizá a nosotras las mujeres poco nos gusta este mandato de ‘sujétese’, ‘sométanse’, ‘respeten’ e incluso una versión dice: ‘estén dispuestas a servir a su esposo’; para qué nos decimos mentiras, esos mandatos no nos gustan. Pero pasemos al versículo siguiente: “Maridos, ame cada uno a su esposa y nunca la trate con aspereza”. La Epístola a los Efesios va más allá del mandato: “Para los maridos, eso significa: ame cada uno a su esposa tal como Cristo amó a la iglesia. Él entregó su vida por ella” (Efesios 5:25 NTV). Ámela como Cristo amó a la Iglesia, ¿y cómo la amó? Al punto que dio su vida por ella.


Hace unos años escuché una prédica sobre la familia y el predicador habló enfáticamente sobre el papel del esposo. Y viene una pregunta: ¿estás dispuesto amar a tu esposa al punto de dar tu vida por ella? Cuando escuché esto y fui consciente del mandato, pude darme cuenta de que el nuestro, el de las mujeres, es mucho más fácil de obedecer. En conclusión: esposas y esposos a cumplir lo correspondiente.


Amado Señor: gracias por tu Palabra que es verdad y es la que nos da las pautas para vivir armoniosamente y de acuerdo con tu voluntad. Permite buen Señor que nosotras como esposas aprendamos a respetar a nuestros esposos y a someternos a ellos. También Señor oramos por los esposos para que amen a sus esposas al punto de querer dar su vida por ellas. Que entiendan también que somos diferentes a ellos; que necesitamos amor, ternura, comprensión y trato como vasos frágiles. Gracias, gracias bendito Señor.


Un abrazo y bendiciones. 

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