No se dan cuenta de que es mejor para ustedes que muera un solo hombre por el pueblo, y no que la nación entera sea destruida. No dijo eso por su propia cuenta; como sumo sacerdote en aquel tiempo, fue guiado a profetizar que Jesús moriría por toda la nación. Y no solo por esa nación, sino que también moriría para congregar y unir a todos los hijos de Dios dispersos por el mundo.
Juan 11:50-52. NTV.
Lectura: Juan 11:45-57. Versículos del día: Juan 11:50-52.
MEDITACIÓN DIARIA
Caifás como sumo sacerdote
pronunció, que era mejor matar a Jesús y así evitar la ira de los romanos contra
todo el pueblo judío. Lo que él no supo es que Dios lo estaba guiando a
profetizar sobre Jesús, quien no iba a morir solo para salvar a los judíos,
sino también para reunir a todos los hijos de Dios que hay en el mundo. Ahí
entramos también nosotros como hijos de Dios. Hijos de Dios somos todos los que
hemos recibido al Señor Jesús en nuestras vidas (Juan 1:12). Recordemos lo que
el Señor dijo en Juan 10:16: “Tengo otras ovejas que no son de este redil; a
ésas también me es necesario traerlas, y oirán mi voz, y serán un rebaño con un
solo pastor”. Pertenecemos a su gran redil. ¡Gloria a Dios!
Tú que no conoces a Jesús
te pregunto: ¿quieres pertenecer a su gran redil? Mira, Jesús murió en esa
cruenta cruz por todos los pecados del mundo y ahí estabas tú; Jesús vino a
ofrecerte vida eterna (1 Juan 5:11-13). Él está tocando a la puerta de tu vida
para que le dejes seguir (Apocalipsis 3:20); solo con Jesús puedes llegar a ser
hijo de Dios (Juan 1:12). Recibes a Jesús por fe en una corta pero sincera
oración. Con todo mi amor te insisto a que lo hagas. Orar es hablar con Dios;
le puedes decir con tus propias palabras, pero si no sabes cómo, te puedo guiar
así:
Señor Jesús:
entiendo que te necesito. Gracias por morir por mis pecados; te pido perdón por
ellos y te abro la puerta de mi vida para que seas mi Señor y Salvador. Toma el
control del trono de mi vida y hazme la persona que deseas que yo sea, Gracias
por perdonar mis pecados, limpiarme y darme la vida eterna a tu lado. Amén.
Un abrazo y bendiciones.
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