jueves, 1 de junio de 2023

Como pueblo de Dios nos corresponde orar

 Pues la tierra está llena de adulterio, y está bajo una maldición. La tierra está de luto; los pastos del desierto están resecos. Todos hacen lo malo y abusan del poder que tienen. 

Jeremías 23:10. NTV.


Lectura: Jeremías 23:1-10.  Versículo del día: Jeremías 23:10.


MEDITACIÓN DIARIA


Profecía dada por el Señor para el pueblo de Judá, antes del cautiverio en Babilonia. Ahora la tomo para estos tiempos porque estamos viviendo lo mismo. Nuestro planeta tierra cada día está más deteriorado: está de luto. La maldad del hombre se ha extendido: todos hacen lo malo y abusan del poder que tienen. Tal cual; como cristianos nos corresponde orar y pedirle al Señor restaure primero el corazón del hombre que está tan ausente de Él (e incluso de los mismos cristianos) y después que también restaure nuestra tierra. ¿Cómo? Humillándonos e invocando su Nombre como nos lo enseña la Palabra de Dios: “pero si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, busca mi rostro y se aparta de su conducta perversa, yo oiré desde el cielo, perdonaré sus pecados y restauraré su tierra” (2 Crónicas 7:14 NTV). Nosotros, somos ahora el pueblo de Dios; es a nosotros a quienes corresponde humillarse e invocar su Nombre orando, buscando su rostro y abandonando la mala conducta para que obtengamos lo pedido, el Señor perdone nuestros pecados y restaure la tierra.  


Vale la pena insistir que es el pueblo de Dios el que tiene que hacer esto. Y yo lo creo puesto que las iglesias están llenas de personas que se dicen cristianas, pero no lo son. Tiene que haber un despertar en cada Iglesia y una concientización de lo que es en verdad tener a Jesús en la vida como Señor y Salvador personal. Oremos:


Padre amado: venimos ante Ti para rogarte como pueblo Tuyo que perdones nuestros pecados; queremos vivir para Ti. Deseamos que tu Hijo amado sea gobernando cada corazón enseñándonos a amarte como lo mereces y a amar al prójimo tal como nos lo mandas. Quita todo egoísmo de nuestra parte; aleja la mentira, la discordia, el odio, la inmoralidad y la violencia de nuestra tierra y permite que el corazón enardecido voltee los ojos hacia Ti. Te lo pedimos en el bendito Nombre de tu Hijo Jesús, que es sobre todo Nombre y con la unción de tu Santo Espíritu. Gracias bendito Padre por escuchar nuestra oración. Amén.


Un abrazo y bendiciones.

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