No ruego solo por estos. Ruego también por los que han de creer en mí por el mensaje de ellos, para que todos sean uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Juan 17:20-21. NVI.
Lectura: Juan
17:20-26. Versículos del día: Juan 17:20-21.
MEDITACIÓN DIARIA
El Señor Jesús tan
especial. Él, hace más de dos mil años oró al Padre, por ti y por mí. Ni
siquiera teníamos idea de estar entre los escogidos por el Señor, Pero, Él que
lo sabe todo, que es Sapientísimo, ya tenía escrito nuestros nombres en el Libro
de la vida. Ha sido una cadena: el apóstol Pablo empezó a regar la semilla que
se esparció por todo el mundo y de ahí, de esa fuente somos ahora discípulos de
Jesús. El Señor le pide al Padre que todos sean uno, así como Él lo es con Dios
Padre y de esta manera poder dar testimonio que Jesús, es el enviado; el
Salvador de la humanidad. Nos
corresponde continuar con la cadena para que muchos más lo conozcan como Señor
y Salvador.
Amado Señor Jesús y
Dios Salvador: no tenemos cómo agradecerte tanto bien. Gracias porque Tú ya me
conocías, aunque yo no sabía de Ti de la manera como lo sé ahora; desde que me
buscaste para tu reino pusiste tu mirada en mí y me diste un nombre. Gracias
buen Señor por amarme tanto. Quiero en verdad convertirme en una discípula Tuya
y agradarte cada día más y más. Gracias, muchas gracias Señor Jesús, mi Rey y
Salvador. ¡Te amo!
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario