Señor, mi corazón no es orgulloso; mis ojos no son altivos. No me intereso en cuestiones demasiado grandes o impresionantes que no puedo asimilar.
Salmo 131:1 NTV.
Lectura: Salmo 131:1-3. Versículo del día: Salmo 131:1.
MEDITACIÓN DIARIA
Creo que puedo elevar mi
oración tal como el Rey David. No porque no lo fuera, sino porque el Señor ha
ido cambiando mi corazón y el orgullo que me hacía tanto daño, Él lo ha
transformado en bondad y misericordia. “En cambio, me he calmado y aquietado, como
un niño destetado que ya no llora por la leche de su madre. Sí, tal como un
niño destetado es mi alma en mi interior” (v. 2). Poco a poco he aprendido a
aquietarme y a calmarme. Tal vez, necesité de golpe tras golpe para aprender. Mejor
dicho: el Señor lo ha hecho en mí.
Amado Señor:
gracias porque solamente Tú puedes llegar a lo profundo de nuestros corazones
para sanar heridas, transformar vidas y restaurar relaciones. Gracias porque me
libraste del pecado de orgullo que había en mí. Gracias porque cada día me
enseñas más de tu Palabra. Quiero agradarte Señor y hacer tu voluntad. A veces
no la entiendo, pero sé que es buena, perfecta y agradable y si Tú lo dices es
porque es así. Gracias porque es tu Santo Espíritu viviendo en mí y transformando
mi vida para Ti. Gracias, muchas gracias buen Señor y Dios mío. ¡Te amo mi
Señor!
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario