A los segadores se les paga un buen salario, y los frutos que cosechan son personas que pasan a tener la vida eterna. ¡Qué alegría le espera tanto al que siembra como al que cosecha!
Juan 4:36. NTV.
Lectura: Juan
4:27-38. Versículo del día: Juan 4:36.
MEDITACIÓN DIARIA
¡Qué bueno es tener a la
mano diferentes versiones de la Biblia! Muchas veces pasé por encima de este
pasaje y hasta ahora lo entiendo profundamente. El Señor les dice a sus
discípulos: “Ustedes conocen el dicho: ‘Hay cuatro meses entre la siembra y la
cosecha’, pero yo les digo: despierten y miren a su alrededor, los campos ya
están listos para la cosecha”. Una buena lección para todos los que somos ya
discípulos de Jesús. Miremos alrededor; los campos ya están listos; así es.
Muchos han sembrado la semilla y a nosotros nos toca recogerla. Cosecha con el
buen fruto de vida eterna para ellos.
Se escucha a predicadores
diciendo que estamos en los tiempos finales, yo no lo sé. Pero sí sé con
certeza que tenemos la misión de compartir el mensaje de salvación del Señor
Jesucristo. No podemos callar y si es verdad que es el tiempo final, con mayor
razón. No debemos callar. El Señor dice que a los segadores se les paga un buen
salario; tendremos una gran recompensa: la corona de regocijo: “Por lo tanto,
mis amados hermanos, manténganse fieles al Señor. Los amo y anhelo verlos, mis
queridos amigos, porque ustedes son mi alegría y la corona que recibo por mi
trabajo” (Filipenses 4:1. NTV). Además de esto, en el cielo hay fiesta cada vez
que un pecador se arrepiente.
Mi Señor Jesús:
gracias por darnos claridad sobre cosechar almas para Ti. Necesitamos el
denuedo para hacerlo y no callar; permite buen Señor que a tiempo y a destiempo
llevemos el mensaje de salvación a tanto perdido y necesitado. Muchos han
escuchado ya tu Palabra, solamente falta el empujoncito de nuestra parte para
que tomen su decisión. Señor, oramos por todos los que van a venir a través
nuestro. Gracias porque Tú bien sabes los que son y Tú los atraerás para tu
reino. ¡Te adoramos Señor Dios y Salvador!
Un abrazo y bendiciones.
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