Jesús le contestó: —Créeme, querida mujer, que se acerca el tiempo en que no tendrá importancia si se adora al Padre en este monte o en Jerusalén.
Juan 4:21. NTV.
Lectura: Juan
4:1-26. Versículo del día: Juan 4:21.
ORACIÓN
Así es. No importa en
dónde te reúnas para adorar al Padre: puede ser en un lugar especial, en la alcoba,
en el estar, en el patio, en un parque, en una capilla apartada. Lugares hay en
cantidad; lo que no hay es la disposición. “Pero se acerca el tiempo—de hecho,
ya ha llegado—cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y
en verdad. El Padre busca personas que lo adoren de esa manera” (v. 23). Esa es
la adoración que demanda el Padre de cada uno de nosotros. Yo lo entiendo,
adorándolo con el amor que sale de todo el corazón, de toda el alma, de toda la
mente y de todas las fuerzas (Marcos 12:30). Con el amor que está por encima de
todos los amores, que es el amor verdadero.
Papito Dios:
quiero disponer mi corazón, mi alma, mi mente y mis fuerzas para amarte como
solamente Tú lo mereces. Gracias por mi vida; gracias por la vida de mis
hijitos, por la vida de mis nueras y de mi yerno. Gracias por la vida de cada
uno de esos tesoros pequeños que has traído en mis años ya dorados, para
animarme y levantarme. Mi corazón te dice desde lo más recóndito: muchas
gracias. Mi alma y mi mente me recuerdan que Eres el Dios Todo Poderoso y Soberano.
Mis fuerzas se entrelazan con las Tuyas para fortalecerme con tu abrazo. Me
someto a Tu santa voluntad. ¡Te amo mi Señor y Dios!
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario