El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso. Yo le digo al Señor: Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío. Solo él puede librarte de las trampas del cazador y de mortíferas plagas, pues te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas hallarás refugio. ¡Su verdad será tu escudo y tu baluarte! No temerás el terror de la noche, ni la flecha que vuela de día, ni la peste que acecha en las sombras ni la plaga que destruye a mediodía.
Salmo 91:1-6. NVI.
Lectura: Salmo 91:1-16. Versículo del día: Salmo 91:1.
Señor amado: qué
tranquilidad nos da el saber que, si te buscamos, Tú estás listo a ofrecernos refugio,
sombra, fortaleza y la confianza de estar bajo tu amparo. Nos libras de los
peligros ocultos y de enfermedades mortales. Andamos confiados porque en
nuestros hogares no habrá desastre ni destrucción. Gracias bendito Dios porque
mandas a tus ángeles para que nos cuiden y lleven en brazos para no caer y
tropezar. Gracias porque nos respondes cuando acudimos a Ti en medio de las
dificultades. Gracias porque nos darás una larga vida y nos gozaremos en tu
salvación. Enséñanos a habitar en tu Presencia minuto a minuto; a dirigirnos a
Ti en el templo de nuestro corazón. Allí resguardados en lo más recóndito Contigo,
no temeremos ningún mal. ¡Te amamos Señor y Dios nuestro!
Un abrazo y bendiciones.
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