Levántate y anda

 —Levántate, recoge tu camilla y anda —le contestó Jesús. 

Juan 5:8. NVI.

Lectura: Juan 5:1-15.  Versículo del día: Juan 5:8.

MEDITACIÓN DIARIA

Muy seguramente en otros devocionales lo he comentado, pero si no lo has escuchado vuelvo a decirlo: este fue el versículo que estaba por detrás de la puerta de entrada de la habitación que tenía cuando me hicieron mastectomía total del seno izquierdo por cáncer de mama. La verdad, le había pedido tanto al Señor que me permitiera irme ya para casa, pero estaba muy reciente la operación y no era segura mi salida. Cuando vi ese versículo, me aferré a él y le dije al Señor: ‘Ayúdame Señor, quiero irme’. Al pasar mi médico haciendo revisión, dudó mucho, pero al final dijo: ‘puedes irte’. Yo sabía que el Señor ya había hecho su obra y lo hermoso es que todavía la sigue haciendo. De esto ya hace catorce años. La gloria es para mi buen Señor.

Por eso te digo que, si estás en una cama y le crees al Señor, ‘Levántate y anda’. Él es el mismo ayer, hoy y siempre.

Señor Jesús: gracias porque traes a mi memoria las maravillas que has hecho en mi vida y no tengo palabras para agradecerte tanto bien. Tu misericordia jamás se agota y siempre estás ahí; no solamente para darme salud y bienestar sino también para ofrecerla a mi esposo, mis hijitos, a mi familia en general y últimamente a nuestro lindo Samuelito. ¿Cómo no cantar tus maravillas? ¿Cómo no decir que Eres el Dios Inigualable Salvador, Sanador y Proveedor? Gracias, muchas gracias bendito Señor. 

Pido disculpas por no haber mandado mi devocional tanto ayer como antier como debía, pero tenía el computador inhabilitado y no fue fácil hacerlo desde el celular. Gracias.

Un abrazo y bendiciones.

Cumplir la Gran Comisión

 Predica la palabra de Dios. Mantente preparado, sea o no el tiempo oportuno. Corrige, reprende y anima a tu gente con paciencia y buena enseñanza. 

2 Timoteo 4:2. NTV.

Lectura: 2 Timoteo 4:1-4.  Versículo del día: 2 Timoteo 4:2.

MEDITACIÓN DIARIA

Definitivamente hay que predicar el Evangelio del Señor Jesús, sea a tiempo o a destiempo. Debemos ser solícitos con este mandato porque fue el mismo Señor quien nos dejó la Gran Comisión.

Amado Señor: queremos tener el denuedo para hablar de Ti a diestra y siniestra. Enséñanos a ser obedientes a tu Palabra y que no callemos. El hombre está viviendo en un caos y el único camino Eres Tú Señor. Gracias bendito Dios.

Un abrazo y bendiciones.

Ensèñanos a orar por el pecador

Si corriste con los de a pié e hicieron que te cansaras, ¿cómo competirás con los caballos? Si tropiezas en una tierra tranquila, ¿qué harás en la espesura del Jordán? 

Jeremías 12:5. NVI.

Lectura: Jeremías 12:1-5. Versículo del día: Jeremías 12:5.

ORACIÓN 

Amado Señor: enséñanos a entender que Tú Eres Soberano y Misericordioso. Que  también deseas que el pecador se arrepienta. Que somos instrumentos tuyos y debemos ir a ellos buscando su conversión. Gracias por permitirnos entender esta verdad. ¡Te amamos bendito Señor!

Un abrazo y bendiciones.

 

¡Alabamos tu Nombre Señor!

 Levanten sus manos hacia el santuario, y alaben al Señor. 

Salmo 134:2. NTV.

Lectura: Salmo 134:1-3. Versículo del día: Salmo 134:2.

MEDITACIÓN DIARIA

Este Salmo tan cortito, nos exhorta a alabar el Nombre de nuestro Dios y Señor.

Amado Señor: Tú que vives en nuestras vidas, toma nuestro corazón como tu santuario y permite que entremos ahí para adorarte y darte todo el honor y la gloria que mereces. Sólo Tú Eres Santo, Poderoso y Misericordioso. Gloria sea a tu Nombre. Los cielos, la tierra y el mar cantan para Ti. Nuestras manos las alzaremos para Ti. Gracias, muchas gracias por permitirnos ser parte de tu creación y más, ser parte del reino de los cielos. Gracias, muchas gracias por un día escogernos para tener el privilegio de compartir por siempre a Tu lado. ¡Te alabamos bendito Señor! ¡Te adoramos Rey de reyes y Señor de señores!

Un abrazo y bendiciones.

No te hemos traicionado, pero sí defraudado

También Judas, el que lo traicionaba, conocía aquel lugar, porque muchas veces Jesús se había reunido allí con sus discípulos. 

Juan 18:2. NVI.

Lectura: Juan 18:1-11.  Versículo del día: Juan 18:2.

MEDITACIÓN DIARIA

A través de la lectura de hoy, me vino la pregunta si nosotros como sus discípulos en algún momento de nuestra vida cristiana hemos traicionado al Señor. Quizá la palabra exacta no sea traicionado, más bien defraudado; le pregunté al Espíritu Santo y su respuesta fue: sí. Un sí rotundo. ¿Cómo, cuándo, por qué? Sí, lo hemos defraudado cuando no amamos al prójimo como Él nos lo mandó; cuando no somos capaces de orar por los necesitados o de ofrecerles un pan; cuando no levantamos nuestra voz para abogar por los indefensos y cuando ni siquiera compartimos el mensaje de salvación siendo egoísmo de nuestra parte, ya que conocemos la vida que el Señor nos ofrece y que otros también pueden lograr, pero preferimos callar.

Bendito Jesús: venimos ante Ti para pedirte nos perdones porque no hemos sabido poner en alto, la gracia derramada para nuestra salvación. Perdona Señor el callar, el no amar como lo haces Tú con cada uno; perdona porque nos hemos vuelto insensibles y el dolor ajeno no nos hace mella. Límpianos Señor y permite que tu Santo Espíritu nos vivifique de manera tal, que nos invada en todo nuestro ser el amor Tuyo. Que ese amor sea el motor para ofrecer sin reparo alguno todo el fruto que tienes para darnos y que a la vez lo entreguemos de la misma manera que Tú lo haces con nosotros. Gracias por perdonarnos y limpiarnos bendito Jesús. Amén.

Un abrazo y bendiciones.

Lo que recordamos con la Cena del Señor

Mientras comían, Jesús tomó un poco de pan y lo bendijo. Luego lo partió en trozos, lo dio a sus discípulos y dijo: ‘Tómenlo y cómanlo, porque esto es mi cuerpo’.  Y tomó en sus manos una copa de vino y dio gracias a Dios por ella. Se la dio a ellos y dijo: Cada uno de ustedes beba de la copa, porque esto es mi sangre, la cual confirma el pacto entre Dios y su pueblo. Es derramada como sacrificio para perdonar los pecados de muchos. 

Mateo 26:26-28. NTV.

Lectura: Mateo 26:17-30.  Versículos del día: Mateo 26:26-28.

MEDITACIÓN DIARIA

Esta es la institución de la Cena que siempre la debemos celebrar, recordando lo que el Señor hizo por nosotros en la cruz del Calvario. El pan, representa su cuerpo y el vino, su sangre derramada. Más adelante al respecto Pablo nos dice: “Porque cada vez que comen este pan y beben de esta copa, proclaman la muerte del Señor hasta que él venga. Por lo tanto, cualquiera que coma el pan o beba de la copa del Señor de manera indigna será culpable de pecar contra el cuerpo y la sangre del Señor. Así que cada uno debe examinarse a sí mismo antes de comer el pan y beber de la copa” (1 Corintios 11:26-28).

Señor Jesús: gracias por tu pasión y muerte. Gracias porque a través del pan recordamos lo que padeció tu cuerpo por nosotros y a través del vino recordamos tu preciosa sangre derramada, con la que nos compraste para gloria eterna. Muchas gracias buen Señor; no merecemos tanto amor de tu parte y sin embargo, todo lo hiciste por ese amor ágape hacia toda la humanidad. Gracias porque no te quedaste en una tumba. Tú resucitaste para llevarnos Contigo a la vida gloriosa estando por siempre a tu lado. No tenemos cómo pagarte tanto bien bendito Jesús. Muchas, muchas gracias.

Un abrazo y bendiciones. 

Tú Eres nuestro Dios Sanador y Salvador

Entonces el padre se dio cuenta de que la sanidad había ocurrido en el mismo instante en que Jesús le había dicho: ‘Tu hijo vivirá’. Y tanto él como todos los de su casa creyeron en Jesús. 

Juan 4:53. NTV.

Lectura: Juan 4:43-54.  Versículo del día: Juan 4:53.

MEDITACIÓN DIARIA

Muy seguramente, tú que me sigues y lees mis devocionales, has podido darte cuenta que el Dios en que creo es el mismo que hace dos mil años, cruzando por Galilea, cerca de allí, en Capernaum, sanó al hijo de un funcionario del gobierno. He comprobado en mi propia vida y he visto igualmente, infinidad de sanidades del Dios y Señor nuestro. Te invito para que, si ha sido de la misma manera en tu caso, no te quedes callado(a); sal a gritar a los cuatro vientos que tenemos al Dios para el que no hay imposibles y cuenta tu testimonio para honrar al Señor.

Amado Señor: gracia porque bien sabemos que Eres Tú el gran Salvador y Sanador de nuestras vidas. Gracias porque al igual que a aquel hijo del funcionario de gobierno, te hemos visto actuar en nuestras vidas. Yo soy testigo de las sanidades en mi familia; no solamente con mi vida sino también en la de mi esposo y recientemente en la del bebé de nuestra hijita. Señor, para Ti no hay imposibles y nada te queda grande. Eres el Dios Todopoderoso y Majestuoso. Gracias, muchas gracias porque tu misericordia se extiende sin distingos de clase, de raza, de nacionalidad y de edad. Gracias, gracias buen Señor y Dador de nuestras vidas. ¡Eres Dios Grande y Poderoso! ¡Te amamos buen Señor!

Un abrazo y bendiciones.