El reino de los cielos es como un grano de mostaza que un hombre sembró en su campo. Aunque es la más pequeña de todas las semillas, cuando crece es la más grande de las hortalizas y se convierte en árbol, de modo que vienen las aves y anidan en sus ramas.
Mateo 13:31-32. NVI.
Lectura: Mateo 13:31-34. Versículos del día: Mateo 13:31-32.
MEDITACIÓN DIARIA
Mi último Muñequito fue nombrado
antes de su nacimiento ‘Mostaza’ de acuerdo a lo que el Señor les había mostrado
a sus papitos Lis y Dani. Hoy leyendo yo la parábola del grano de mostaza creo
que este bebé va a crecer e ir muy lejos en el área espiritual. Empezará con
poco, pero a medida que crezca será similar a ese grano de mostaza que al final
creció mucho más de lo imaginado, al punto de convertirse en árbol frondoso,
donde irán muchos a apaciguar su dolor y a sentir el frescor debajo de sus
ramas porque este mundo los ahoga. Así ruego al Señor sea mi pequeña semilla ‘Mostacita’.
Señor Jesús: te
doy infinitas gracias por la vida de Juan Pablo. Esa pequeña semillita que
permitiste un día fuera cogiendo consistencia hasta convertirse en el bello
bebé que has traído a la familia completa. Gracias también te doy porque aún
desde antes de nacer ya lo conocías y lo tomaste para Ti. Desde lo más
recóndito lo fuiste formando y sus huesos no te fueron desconocidos; estaban ya
entretejidos. Tus ojos vieron su cuerpecito en gestación y todos sus días ya
estaban diseñados y escritos en tu libro. ¡Gracias porque todo él es una creación
admirable! Gracias, gracias por su vida mi Señor. Llévalo siempre a tu lado
como a la niña de tus ojos. Lo dejo en tus manos porque sé que estará en las
mejores y siempre cuidarás de él. Te doy gracias por lo que has hecho y todo lo
que harás en el transcurso de sus días. ¡Qué precioso Eres Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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