Hijo mío —le dijo su padre—, tú siempre estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo. Pero teníamos que hacer fiesta y alegrarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado.
Lucas 15:31-32. NVI.
Lectura: Lucas 15:11-32. Versículos del día: Lucas 15:31-32.
MEDITACIÓN DIARIA
La lectura se refiere a
la parábola narrada por el Señor Jesús sobre el ‘Hijo perdido’. Quizá muchos la
sabemos, pero no hemos aprendido en verdad, el significado de ella. Personalmente
yo encuentro dos lecciones: una para los que, conociendo al Señor, se han
alejado de Él teniendo en sus manos todo lo que el Señor ha ofrecido; la
segunda, la veo para aquel que nunca ha escuchado hablar del gran amor de Dios
por él y se vuelve loco en un mundo desenfrenado hasta que es tocado por el Señor
y reconoce que ese es el camino que debe tomar si quiere gozar de lo que le
tiene el Padre.
En conclusión, le pido al
Señor que tome el corazón del que está leyendo este devocional y lo lleve a sus
pies, bien sea para el cristiano alejado o para el que hasta ahora decide
seguirlo. De todas maneras, ve hacia el Padre que está feliz de verte y te perdona
toda transgresión.
Dios y Señor
nuestro: gracias por enseñarnos a entender el amor inmenso que nos tienes y
cuánto te alegras cuando nos arrepentimos y dejamos atrás la ruta equivocada. Así
es mi Dios: Tú haces fiesta, cuando uno de los tuyos que se ha alejado vuelve a
buscarte. Perdona buen Dios, no valorar lo que nos ofreces a diario y nos
desviamos de la senda correcta. Te entregamos nuestras vidas y te damos gracias
por recibirnos con tanta alegría. ¡Hasta dónde llega tu bondad y misericordia!
Eres el Gran Padre que todos deseamos. Enséñanos a conocerte de tal manera que
nos sintamos libres de volver a casa Contigo y sigamos gozando de tu bendita gracia
por doquier. ¡Eres Inigualable Papito Dios! ¡Gracias, muchas gracias por
amarnos tanto!
Un abrazo y bendiciones.
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