Envía tu luz y tu verdad; estas me guiarán; Me conducirán a tu santo monte, Y a tus moradas. 4 Entraré al altar de Dios, Al Dios de mi alegría y de mi gozo; Y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío.
Salmo 43:3-4. RVR1960.
Lectura:
Salmo 60:1-5. Versículos del día: Salmo 43:3-4.
MEDITACIÓN
DIARIA
Este
Salmo es la continuación del anterior. Para mí es un Salmo profético porque
quien nos guía hacia su monte, su morada y que nos da el privilegio de estar en
su altar, es el Señor Jesucristo. Él es el camino, la verdad, la luz del mundo.
Alabémoslo y adorémoslo por mostrarnos el camino para llegar a Dios Padre (Juan
14:6). El Salmista dice en su canto que está abatido y su alma turbada, pero
Dios le vuelve a recordar que espere en Él (v. 5 en la lectura). Igual para
nosotros: ¿abatidos, desanimados, confundidos? Esperemos en el Dios de nuestra
salvación, Él no se ha olvidado de nosotros. Y si tú, no lo conoces como el camino,
entrégale tu vida a Jesús. Es la mejor decisión que puedes hacer.
Amado
Señor Jesús: gracias por mostrarnos el verdadero camino que nos conduce hacia
Papito Dios. Gracias porque Contigo podemos gozar de una patria celestial, en
donde hallaremos solo gozo y alegría. Gracias porque es allí en donde te
alabaremos cantando victoriosos que somos parte de tu Reino. Debe ser hermoso
mi Señor; no solamente los escogidos Tuyos, sino escuchar a los ángeles, arcángeles,
querubines y serafines adorarte por toda tu grandeza y majestad. Desde este
devocional, desde este pedazo de terruño, también te adoramos Bendito Rey de
reyes y Señor de señores. ¡Toda la gloria, honra y poder son Tuyos! ¡Tú lo
mereces!
Un abrazo y bendiciones.
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