Y ustedes, pueblo de Israel, no tengan miedo ni se asusten; yo haré que vuelvan de Babilonia, adonde fueron llevados como esclavos. No tengan miedo, israelitas. Ustedes son mi pueblo; son descendientes de Jacob. Yo les prometo que volverán a vivir tranquilos porque yo estoy con ustedes. Destruiré a todas las naciones por las que los dispersé, pero a ustedes no los destruiré; sólo los castigaré por su bien, pues merecen que los corrija. Les juro que así lo haré.
Jeremías 46:27-28 TLA.
Lectura:
Jeremías 46:1-28. Versículos del día:
Jeremías 46:27-28.
MEDITACIÓN
DIARIA
El
Señor le dice al pueblo de Israel, a través del profeta Jeremías que va a
castigar al rey de Egipto, a sus dioses y a los que confían en ellos (vv. 25-26),
pero a ellos les promete que regresarán y vivirán tranquilos. Sin embargo, los
castigará, por su bien, porque necesitan que los corrija. ¡Qué hermoso esto!
Definitivamente nuestro Dios, nunca quiere el mal para los suyos y ahí estamos
nosotros: su Iglesia. Eso es lo que tenemos que entender, el Señor busca la
manera de corregirnos, aunque nos duela. Su disciplina es una señal de su amor
y no de abandono: “Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor ni te
desanimes cuando te reprenda, porque el Señor disciplina a los que ama y azota
a todo el que recibe como hijo” (Hebreos 12:5-6. NVI). Él es el Padre que nos
enseña, corrige y moldea para ayudarnos a crecer en la fe y a madurar como
creyentes.
Amado
Señor: gracias por amarnos tanto, que deseas que hagamos honor a Tu Nombre y
por eso, si es necesario disciplinarnos, Tú lo haces, aunque no lo entendamos y
nos duela. Gracias Señor porque tu disciplina es señal de amor y no de enojo o
rechazo. Enséñanos a ver siempre tu mano bondadosa en cada situación difícil o
tribulación que padezcamos. Igualmente, a recibirlas sabiendo que necesitamos
crecer y fortalecernos como hijos Tuyos. Gracias, gracias bendito Señor y Dios
nuestro. ¡Te amamos!
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario