¿Cuál forma de idolatría está reemplazando a Dios?

 ¿Por qué provocan mi enojo quemando incienso a ídolos que ustedes han hecho aquí en Egipto? Lo único que lograrán es destruirse y hacerse a sí mismos objeto de maldición y burla para todas las naciones de la tierra. 

Jeremías 44:8. NTV.

Lectura: Jeremías 44:1-30.  Versículo del día: Jeremías 44:8.

MEDITACIÓN DIARIA

La lectura nos habla del castigo del Señor por la idolatría del pueblo de Judá. No creamos que eso fue solamente en esa época; en nuestros días se ve exactamente lo mismo. Infortunadamente nuestros países de Latinoamérica son en extremo idólatras. Yo pienso a veces, que quizá por ese mismo pecado, casi no avanzamos como países desarrollados. Eso viene desde los tiempos de la Conquista, de la Colonia y de la Independencia.

Apoyándome con el internet, encontré al respecto que la mayoría de las personas ya no se arrodillan ante imágenes, pero entonces, ha surgido una nueva manera de idolatría y que es igual de perversa a los ojos de Dios: “en vez de eso, adoramos ante el altar del dios del yo”. Y dice que esta marca de idolatría tiene diversas formas: en primer lugar, está, el altar del materialismo; yo lo describiría mejor como el deseo del consumismo. También habla en segundo lugar del altar de nuestro propio orgullo y ego. En tercer lugar, idolatramos el naturalismo; se rechaza la Palabra de Dios y abrazamos la diosa del ambientalismo. Por último, nombra el altar del auto agrandamiento a través de alimentos, drogas y alcohol incluso en niños. El auto control es despreciado. Todo lo anterior se convierte en idolatría. 1 Juan 2:16 dice: “Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos, y la arrogancia de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo”. (Tomado de GotQuestions.org. -Español-Idolatría moderna). 

Reflexionemos y a conciencia nos digamos si existe en cada uno, alguna forma de las idolatrías descritas. Oremos:

Amado Señor: venimos ante Ti para que seas Tú mismo a través de tu Santo Espíritu, redarguyéndonos y mostrándonos si nos hemos dejado llevar por alguna de las formas nuevas de idolatría. Señor, perdona nuestro pecado, lávanos con tu preciosa sangre y restáuranos para ser personas dignas a tus ojos, cumpliendo a cabalidad el mandato de amarte a Ti Señor y Dios, con todo el corazón, con todo el ser y con toda la mente. Quita de nuestra mente y corazón todo lo que se esté interponiendo para no darte a Ti el primer lugar que te corresponde. Gracias, muchas gracias bendito Señor y Dios.

Un abrazo y bendiciones.