¡Tú guardarás en perfecta paz a todos los que confían en ti, a todos los que concentran en ti sus pensamientos!
Isaías 26:3. NTV.
Lectura: Isaías 26:1-6. Versículo del día: Isaías 26:3.
MEDITACIÓN DIARIA
La perfecta paz es la paz
que sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4:7). A menudo ver este mundo tan
al revés, tan caído y a la vez tan alejado de Dios; escuchar noticias no es
nada agradable. Entonces nos sobresalta el temor, la angustia e incluso no
tenemos certeza sobre los acontecimientos que suceden a diario porque
personalmente, no sé si todo esto es principio de dolores, si pronto será el
arrebatamiento, la tribulación y el regreso del Señor, o si solo, todo se
deriva precisamente del pecado que asedia a la humanidad.
Pero sea por acontecimientos
mundiales o por tribulaciones familiares de carácter financiero, de salud, de estados
emocionales y aun espirituales, siempre tendremos en nuestro buen Señor el
apoyarnos y saber que Él lleva nuestra carga para hacerla más ligera y suave
(Mateo 11:28-30). Esta paz solamente la podemos encontrar en Cristo Jesús: “Estas
cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción;
pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33 RVR1960).
Es para ti que lees este
devocional: Jesús aparte de darte esa paz, también Él perdona todos tus pecados
porque hace dos mil años vino a la tierra a morir por ellos y a entregarte el
pase para una eternidad a su lado. Mira, yo te reto a que lo invites a tu vida.
Recíbelo en tu corazón (Juan 1:12), ganarás mucho; Jesús está tocando a la
puerta de tu vida y llamando (Apocalipsis 3:20). Con una sencilla oración puedes
recibir a Jesús. Si te parece podemos orar:
Señor Jesucristo: entiendo
que te necesito. Sé que me amas tanto, al punto que moriste por mí en una cruz
para perdón de mis pecados. Hoy deseo que tomes mi vida; son muchos las
inquietudes y problemas que me aquejan. ¡Inúndame de tu paz! Perdona mis
pecados; te acepto como mi Señor y Salvador. Toma el control del trono que
hasta ahora yo manejo y hazme la persona que deseas que yo sea. Gracias Jesús
por perdonarme, limpiarme, darme tu paz y la vida eterna Contigo. Amén.
Un abrazo y bendiciones.
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