No dejen que el enojo los controle

Evitar la pelea es una señal de honor; solo los necios insisten en pelear. 

Proverbios 20:3. NTV.

Lectura; Proverbio 20:1-5.  Versículo del día: Proverbios 20:3.

MEDITACIÓN DIARIA

¡Qué sabio es este Proverbio y poco le ponemos atención! Ayer salimos con mi esposo y el señor que nos devolvió al apartamento; un señor ya de edad nos comentaba de un incidente que pasó en la cercanía de nuestra residencia que terminó en tragedia fatal, siendo este sitio un lugar muy apacible. Un muchacho iba con su perro caminando, pero no le llevaba la correa. El perrito vio una moto pasar y se le abalanzó al conductor. Este paró y le hizo el reclamo al dueño del animal; el dueño le dijo: ‘espere que ya vengo’ y el otro esperó. Cuando llegó, sacó un puñal y lo apuñaló. Todo tan sencillo y a la vez tan complicado. ¿Por qué los ánimos están tan caldeados?

Definitivamente falta mucha tolerancia, misericordia y ante todo, temor a Dios. No puede ser que alguien pierda la vida por tan poca cosa. “Aunque el buen consejo esté en lo profundo del corazón,
la persona con entendimiento lo extraerá” (v. 5). Así es; la persona sabia, lo descubre fácilmente. No dejen que el enojo los controle (Efesios 4:26). Por esto es tan importante leer y aplicar la Palabra de Dios; es tal como nos lo dice en Timoteo: “Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto” (2 Timoteo 3:16. NTV). Pongamos esto en práctica.

Amado Señor: venimos ante Ti para dejar en tus manos todo aquello que nos causa molestia y que a veces nos saca de casillas. Bien sabemos Señor que Tú nos enseñas a ser prudentes, tolerantes e incluso a enojarnos, pero sin dejar que el enojo se convierta en violencia física o en palabras grotescas. Necesitamos de tu paz, de tu cordura Señor, para no darle cabida al diablo y comportarnos con misericordia y demostrando el amor que Tú nos enseñaste. Gracias por tu Palabra que nos inspira a obedecerte y a actuar de acuerdo con tus normas. ¡Te alabamos Señor!

Un abrazo y bendiciones.