martes, 4 de agosto de 2009

Hambre de oir la palabra de Dios

Vienen días –afirma el Señor Omnipotente–, en que enviaré hambre al país, no será hambre de pan ni sed de agua, sino hambre de oír la palabra del Señor

Amós 8:11.

Creo que los tiempos están exactos para que sembremos la semilla del evangelio. No podemos esperar más ni dar cabida a las largas. El tiempo ha llegado. La gente quiere oír algo distinto a fracasos, guerras, caídas de poder, pobreza, miseria, etc. Si nosotros no nos levantamos y hablamos, vendrán otros con religiones falsas y apostasía y lo harán. ¿Cuántos no perderemos para el reino de Dios? El hombre está cansado con lo material y necesita urgente lo espiritual. Él se volcará afanosamente hacia lo que primero llegue y hay muchas sectas y religiones rondando por ahí, en la espera de ellos precisamente.

Para entenderlo, debo decirles que el cristianismo se divide en tres ramas: la católica, la ortodoxa y la protestante. Aunque tenemos nuestras diferencias, lo de fondo, lo importante es la esencia misma de éste; creemos en lo mismo: Un solo Dios, un solo Señor y un solo Espíritu. El gran misterio de la Santa Trinidad, el misterio principal de la fe cristiana: tres personas distintas pero un solo Dios verdadero. Sin embargo, se encuentran los “Testigos de Jehová” que creen en Dios Padre y en Jesucristo como hijo, más no como Dios y menos en el Espíritu Santo. Los Testigos tienen su propia Biblia, aparentemente es la misma pero por ejemplo para invalidar la divinidad de Cristo en Juan 1:1, toda Biblia Cristiana dice: “En el principio era el Verbo y el Verbo era Dios”; ellos lo pusieron a su manera de este modo: “el verbo era un dios” porque tienen la creencia de que ellos como hombres son dioses también y que Jesucristo era simplemente un hombre más.

También están los “Mormones” o “Iglesia de Jesucristo de los santos de los últimos días”. No son cristianos porque rechazan verdades fundamentales de la fe cristiana. Según sus creencias a Joseph Smith, creador de este movimiento, se le presentó el ángel “Moroni”, quien le reveló la existencia de un libro de oro, el “Libro del Mormón”, que según él contenía la verdadera religión y lo tomaron como el “tercer testamento”.

Bueno, también existen otras sectas o grupos como los masones, los niños de Dios, los Hare Krishna y otras tantas. Si logramos acordarnos las sectas que se fundaron en E.E.U.U. como la de Jim Jones, creador del “Templo del Pueblo”, donde se cometían toda clase de abusos sexuales a los niños y mujeres, terminó en suicidio colectivo en Guyana. También, dejó una dura experiencia la de los “davidianos” fundada por David Koresh quien se autoproclamó su líder convencido que era la “reencarnación de Jesucristo”. Considerado como un predicador apocalíptico atemorizaba a sus seguidores con toda clase de calamidades individuales y colectivas. Cuando sucedió la masacre en Waco (Texas), murieron quemados no solamente los adeptos sino también miembros de la fuerza pública de esa región.

En resumen, cada día aparecerán nuevas sectas porque seguro, Satanás no va a quedarse quieto y él sabe la necesidad espiritual que tiene el hombre; así, que si nosotros no vamos a divulgar el verdadero Evangelio, otros nos ganarán.

Perseveremos en la lucha por ganar almas para el reino de Dios. Tendremos coronas de recompensa por ello y la satisfacción aquí en la tierra del deber cumplido.

Un abrazo y bendiciones.

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