sábado, 11 de agosto de 2012

Orar para ser sanos


La oración de fe sanará al enfermo y el Señor lo levantará.  Y si ha pecado, su pecado se le perdonará.   

Santiago 5:15.

Lectura diaria: Santiago 5:13-18.  Versículo principal: Santiago 5:15.

REFLEXIÓN

Vemos la importancia de la oración en nuestra vida espiritual, que  a la larga redundará en beneficio para la vida física.  En el anterior capítulo, Santiago dice que no obtenemos nada porque no pedimos y  cuando lo hacemos puede ser con malas intenciones.
Sin embargo, Dios no quiere el mal para sus hijos, ni quiere verlos subyugados a una cama.  El Señor vino para darnos vida y vida abundante (Juan 10:10b), y la enfermedad no hace parte de esa vida abundante prometida.  Teniendo en cuenta que la voluntad de Dios es que estemos completamente bien, cuando tenemos alguna dolencia debemos recurrir a la oración e incluso de manera personal si no se encuentra otra persona creyente a nuestro lado. Al acercarnos con confianza a nuestro Padre, podemos pedirle lo que necesitamos, en este caso la sanidad y como su voluntad es no vernos enfermos, Él nos oye (1 Juan 5:14).  “Y si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros que ya tenemos lo que le hemos pedido” (1 Juan 5:15).  El versículo 16 dice: “La oración del justo es poderosa y eficaz”; no necesariamente implica que esté un pastor, sacerdote o ministro del evangelio, puede ser un hermano en la fe o uno mismo.  Hay que poner a funcionar la llave de la oración para que el Señor se manifieste: “y el Señor lo levantará”.
Si estamos enfermos, acerquémonos al Señor con la confianza de saber que es el Dios Todopoderoso, el Dador de la vida y que desea nuestro bienestar.  Pidámosle, plenamente convencidos que responderá trayéndonos sanidad.

Amado Dios: Gracias por enseñarnos a recurrir a ti con toda confianza como al mejor “Papito” del mundo.  Gracias porque nuestros cuerpos con todas sus dolencias están en tus manos.  Gracias porque nos dices que no solamente nos sanarás sino que también nos perdonarás las faltas cometidas.

Un abrazo y bendiciones.

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