Pedro le dijo: Eneas, ¡Jesucristo te sana! ¡Levántate y enrolla tu camilla! Al instante, fue sanado.
Hechos 9:34. NTV.
Lectura:
Hechos 9:32-43. Versículo del día:
Hechos 9:34.
MEDITACIÓN
DIARIA
Creo
que los primeros apóstoles tenían un denuedo incomparable para compartir y
llevar el mensaje de salvación sin parar. Eso mismo les permitió creer
firmemente en que el Señor Jesús sanaba e incluso resucitaba y ellos empezaron
a ministrar en enfermos, paralíticos y muertos en el nombre de Jesús, que es
sobre todo Nombre. El versículo del día nos demuestra a Pedro sanando a un
paralítico de la ciudad de Lida y también vemos más adelante, lo siguiente en
Jope: “Pero Pedro les pidió a todos que salieran del cuarto; luego se arrodilló
y oró. Volviéndose hacia el cuerpo, dijo: ¡Tabita, levántate! ¡Y ella abrió los
ojos! Cuando vio a Pedro, ¡se sentó!” (v. 40 en la lectura). Oremos para que
nosotros los creyentes en Jesucristo tengamos la suficiente confianza en que Él
puede hacer lo mismo en estos tiempos. Recordemos lo que el Señor les dijo a sus
discípulos: “Ustedes no tienen la fe suficiente —les dijo Jesús—. Les digo la
verdad, si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza,
podrían decirle a esta montaña: ‘Muévete de aquí hasta allá’, y la montaña se
movería. Nada sería imposible” (Mateo 17:20 NTV).
Buen
Señor Jesús, ¡aumenta nuestra fe! Si, Señor; que no solo compartamos tu Palabra;
que llevemos palabras de sanidad, de esperanza, de liberación y de libertad a
tanto cautivo por el pecado, por ignorancia y por el desconocimiento de quién
Eres Tú. ¡Exaltamos tu Nombre Señor y te damos toda la gloria, honra y honor
porque solamente Tú la mereces!
Un abrazo y bendiciones.
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