Así que no te desanimes cuando los malvados se enriquezcan, y en sus casas haya cada vez más esplendor. Pues al morir, no se llevan nada consigo; sus riquezas no los seguirán a la tumba.
Salmo 49:16-17. NTV.
Lectura:
Salmo 49:10-20. Versículos del día:
Salmo 49:16-17.
MEDITACIÓN
DIARIA
Nos
dice el Salmo que no debemos desear las riquezas del malvado, aunque veamos
mucho esplendor en sus casas, porque al morir, todo quedará aquí. Recuerdo las
palabras del Pastor de mi Iglesia en Bogotá: “nunca he visto un entierro con
trasteo” y así es. Dice también el Salmo, lo siguiente: “Sus cuerpos se
pudrirán en la tumba, lejos de sus grandiosas propiedades (v. 14 en la lectura).
Esto nos demuestra que hacer de las riquezas o el amor al dinero un dios, es
falso. Si tenemos riquezas, démosle gracias al Señor Jesús, si no las tenemos,
igual démosle gracias. Aprendamos el contentamiento del apóstol Pablo
cualquiera que sea la situación: “Sé lo que es vivir en la pobreza y lo que es
vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las
circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra
como a sufrir escasez” (Filipenses 4:12 NVI). Tenemos lo más importante,
gracias al Señor: la vida eterna a su lado: “El que tiene al Hijo, tiene la
vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida” (1 Juan 5:12 NVI). Por
eso, si nunca le has entregado tu vida al Señor Jesús, es hora de que lo hagas;
es la mejor ganancia.
Amado
Señor: gracias por mostrarnos que a los que te aceptamos como Señor y Salvador,
nos espera una muerte muy diferente a la de los injustos. Gracias porque el
tenerte, nos da la certeza de una vida eterna a tu lado. Mi Señor, qué regalo
tan maravilloso nos das sin merecerlo. Solamente por tu infinito amor y
misericordia, te acordaste de nosotros y por tu voluntad, no permitiste que nos
dejáramos llevar por las cosas del mundo como son las riquezas. Gracias Señor,
toda la gloria es para Ti.
Un abrazo y bendiciones.
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