No dejemos de hablar del Jesús que ya conocemos

 Pero Pedro y Juan respondieron: ¿Acaso piensan que Dios quiere que los obedezcamos a ustedes en lugar de a él? Nosotros no podemos dejar de hablar acerca de todo lo que hemos visto y oído. 

Hechos 4:19-20. NTV.

Lectura: Hechos 4:1-22. Versículos del día: Hechos 4:19-20.

MEDITACIÓN DIARIA

En la lectura, los líderes religiosos de ese tiempo habían arrestado esa noche a Juan y a Pedro. A la mañana siguiente los llamaron para dejarlos libres, pero les prohibieron que siguieran hablando en nombre de Jesús, y ellos con mucha sabiduría respondieron que ellos le obedecían a Dios antes que a los hombres y por lo tanto no podían dejar de hablar de lo que habían visto y oído. Bien les recalcó Pedro lo siguiente: “Ustedes han actuado como los constructores que rechazaron una piedra, y luego resultó que esa piedra llegó a ser la piedra principal que sostiene todo el edificio” (v.11 en TLA). Les afirmaron que sólo Jesús tiene poder para salvar (v. 12). Muy valiente su actuación ante los eruditos de la ley. Esto me parece una gran lección para nosotros, que decimos seguir a Jesús, pero que callamos ante el menor impedimento que se nos presenta.

Oremos pidiéndole valentía al Señor y tener el denuedo de Pedro y Juan para llevar a muchos perdidos la Buena Noticia de la salvación, a través del Señor Jesucristo. No dejemos de hablar del Jesús que ya conocemos como Señor y Salvador de nuestras vidas. En ningún otro hay salvación.

Amado Señor Jesús: gracias por tu Palabra que es verdad. Gracias porque a través del apóstol Pedro podemos darnos cuenta de que Tú respaldas a los Tuyos que obran en cumplimiento a tu mandato de ir y llevar las Buenas Nuevas de salvación. Nosotros ahora, en este tiempo deseamos también hacer tu voluntad y con determinación y denuedo compartir el Evangelio por donde quiera que nos movamos. Gracias, bendito Señor; llénanos de tu Santo Espíritu y pon en cada uno tanto el querer como el hacer ya que tu santa voluntad es que te conozcan a Ti como único Señor y Rey que das salvación. ¡Te amamos bendito Señor Jesús!

Un abrazo y bendiciones.