lunes, 21 de junio de 2010

Debemos examinarnos

Examínense para ver si están en la fe; pruébense a sí mismos.
2ª. Corintios 13:5.


Lectura diaria: 2ª. Corintios 13:5-10. Versículo del día: 2ª. Corintios 13:5.

ENSEÑANZA

No solamente en el momento de la cena debemos examinarnos. Dios nos manda que lo hagamos frecuentemente para saber cómo estamos andando y por ende corregir lo que está mal. Si Cristo Jesús está en nosotros como debe ser, si sinceramente lo hemos recibido de corazón, entonces, es el Espíritu Santo quien nos escudriñará y nos guiará a toda verdad; nos mostrará en qué hemos fallado y por consiguiente debemos confesar el pecado (1 Jn. 1:9), y continuar. El examinarnos nos dirige hacia la vida con propósito que Dios desea de cada uno. Dice el apóstol Pablo en la continuación del versículo, que si fracasamos en la prueba es porque en realidad Jesús no está en nosotros y esto es una realidad. Mi propia experiencia como cristiana me permite tener la seguridad de que está conmigo, cuando soy capaz por algo sobrenatural, muchas veces inexplicable, de afrontar situaciones de las que estoy convencida que si no fuese por Él, no resistiría. Ahí es cuando podemos comprobar que su Palabra es verdad y que lo que allí dice se cumple. Un ejemplo: El Señor nos confirma que muchas son las aflicciones del justo pero que Él nos sacará de todas. Cuando pasa el tiempo y recordamos lo que nos hizo daño anteriormente, podemos levantar los ojos al Señor y darle gracias porque no sabemos cómo se hizo humanamente, pero sí, que salimos avante del problema. Su poder sobrenatural se manifestó. Espero que al examinarse cada uno personalmente nadie fracase en la prueba, para que más allá, todos nos encontremos y nos gocemos de que en Cristo, fuimos más que vencedores, y le demos la gloria que Él merece por haber fijado sus ojos en nosotros, que no hicimos nada para obtener tanto amor y compasión. El Señor permita que a pesar de los errores, sigamos adelante olvidando lo que queda atrás, esperando alcanzar la meta y ganar el premio que Dios nos ofrece mediante Cristo Jesús (Fil. 3: 12-14).

Un abrazo y bendiciones.

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