martes, 6 de julio de 2021

Hagamos de la manseudumbre nuestra mejor aliada

 Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. M

ateo 5:5. RVR 1960.


Lectura: Mateo 5:1-12.  Versículos del día: Mateo 5:5.



MEDITACIÓN DIARIA


Escuché una prédica de Rick Warren sobre: ‘La fuerza de la mansedumbre’ y quise hacer este devocional sobre algunos puntos que me edificaron y que yo complementé de acuerdo a lo expuesto.

Mansedumbre es sinónimo de humildad, de apacibildad, de bondad, de clemencia, de sosiego, de agrado. La mansedumbre es una fuerza bajo control. De ninguna manera indica debilidad o que somos tontos. Los débiles son los arrogantes, los orgullosos, los envidiosos, los chismosos (el complejo de inferioridad se demuestra con actos de superioridad hacia los demás). Hay una promesa para quienes practican la mansedumbre: “recibirán la tierra por heredad”. Difícil de entender, pero el mismo Señor Jesús lo dijo en el Sermón del Monte y así será.

Ahora miremos algunas de sus ventajas: la mansedumbre apacigua el conflicto, reduce el disgusto. Es el antídoto del enojo. “La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego” (Proverbios 15:1).  Tenemos la predisposición de imitar las emociones; si alguien se enoja contigo, tú puedes resultar enojado también; si te grita, la tendencia es gritarle el doble; igual sucede si se muestra gozoso, te contagias de su alegría. La mansedumbre es la respuesta para las grandes ofensas y desarma a los críticos. Hay que aprender a manejar las críticas. Cuando se responde con mansedumbre, los críticos tendrán que callar. El responder con gentileza nos pone por encima de ellos. Dios nos manda a ser mansos en toda ocasión y con todos. No con los que nos conviene o piensan igual que nosotros; es con todos sin dejar a nadie por fuera. No creamos que, por no ser cristianos o por tener un partido diferente u otras corrientes, tenemos que dejar a un lado la mansedumbre; de ninguna manera. Si somos mansos, ganaremos mucho y quizá a algunos de ellos también. Por eso es que mansedumbre es fuerza bajo control. La mansedumbre no va con la agresividad porque esta virtud, lo que hace es atraer a las personas no alejarlas.

Pidámosle al Señor el deseo de practicar la mansedumbre; comencemos por casa con cada uno de los integrantes de nuestra familia, sean pequeños o grandes. Llevémosla al conducir, al trabajo, a la escuela o universidad. Al ir a una entidad pública o privada. Hagámosla nuestra amiga y aliada; nunca la dejemos por fuera. Seguro que cosecharemos grandes frutos. Les recomiendo escuchen la prédica completa.


Amado Señor: gracias por enseñarnos a ser mansos. Permite que en todo tiempo y lugar sepamos responder a todos mansamente como es tu deseo. Gracias porque Tú Señor, nos dejaste un gran ejemplo de humildad y tu amor nos atrae continuamente. Queremos ser como Tú. ¡Te amamos Señor!


Un abrazo y bendiciones.

lunes, 5 de julio de 2021

Cristo: la razón de vivir o morir

No hay quien tenga poder sobre el aliento de vida, como para retenerlo, ni hay quien tenga poder sobre el día de su muerte. 

Eclesiastés 8:8. NVI.


Lectura: Eclesiastés 8:1-8.  Versículo del día: Eclesiastés 8:8.


MEDITACIÓN DIARIA


¡Oh Dios, si hay algo tan cierto es la muerte! Por más que se quiera retener, no se puede comprar ni aplazar. Cuando Dios dice: ‘hasta aquí’, no hay vuelta de hoja. Creo que se nos ha enseñado a mirar la muerte como el peor de los acontecimientos y veamos en la Biblia, lo que nos dice Dios al respecto. “Vale más el día en que se muere que el día en que se nace” (Proverbios 7:1b). Incluso el versículo siguiente afirma que: “Vale más ir a un funeral que a un festival” (Proverbios 8).

Por otro lado, nosotros los cristianos conocemos exactamente para donde nos iremos cuando el Señor nos llame. Bien sabemos que la paga del pecado es muerte, pero que el regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesús (Romanos 6:23). Por el pecado de Adán y Eva pasaremos por la muerte física pero nuestro espíritu no. “Volverá entonces el polvo a la tierra, como antes fue, y el espíritu volverá a Dios, que es quien lo dio” (Eclesiastés 12:7).

Entonces, la muerte debería ser un acontecimiento feliz y los que se quedan tener la certeza que allá en el cielo nos vamos a reunir nuevamente. Esta bendita esperanza nos llena de gozo y de fortaleza en estos casos. Nuestra patria celestial, será la mejor de las mansiones que hemos soñado. Estar allá con nuestro Amado Señor será un privilegio; escucharemos la mejor música y cantos celestiales. La Biblia nos dice que sus calles son de oro y sus mares de cristales. Los que han tenido esa experiencia con la muerte y han vuelto, dicen que es indescifrable; difícil de explicar la hermosura, la paz y el gozo. ¿Qué si duele la partida de un ser querido? ¡Claro que duele y mucho! Estamos tan apegados a esta tierra que sin duda duele.

La Carta a los Corintios enseña que: “no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” (2 Corintios 4:18 RVR 1960). Y también nos dejó bien claro que: “Porque Cristo es la razón de mi vida, y la muerte, por tanto, me resulta una ganancia” (Filipenses 1:21 BLPH).


Señor Jesús: no es fácil despedirnos de un familiar o amigo, pero Eres Tú quien llenas de fortaleza y paz los corazones de los que se quedan, con la bendita esperanza de un gran reencuentro Contigo en el cielo. Gracias Señor por un día haberte conocido y saber que jamás nos separaremos de Ti, porque ni la muerte ni la vida lo podrán hacer. Enséñanos a mirar este proceso con los ojos puestos en tu Palabra que nos anima y vivifica cada día, hasta cuando nos llegue el momento de recibir tu abrazo allá en la eternidad. ¡Te amamos Señor!


Un abrazo y bendiciones.

sábado, 3 de julio de 2021

Seguro que contemplaremos su bondad

 El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida; ¿quién podrá amedrentarme? 

Salmo 27:1. NVI.


Lectura: Salmo 27:1-14.  Versículo del día: Salmo 27:1.


MEDITACIÓN DIARIA


David tenía muy claro en quién había puesto su mirada y a quién le había confiado su vida. Su fortaleza radicaba en el Señor y bajo esta pauta no había quién lo derrumbara. ¿Qué hacía David para estar tan seguro de su condición? Deseaba con ansías estar a solas con su Señor para contemplar su hermosura y deleitarse en su perfección y gloria (v. 4). Era tal su relación con el Dios vivo que no temía siquiera que lo abandonaran los suyos: “Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Señor me recibirá en sus brazos” (v. 10). Y ante todo me impresiona su fe inquebrantable. A pesar de vivir bajo amenazas de muerte y huyéndole a sus enemigos, estaba tan confiado en Dios su Señor que afirmaba lo siguiente: “Pero de una cosa estoy seguro: he de ver la bondad del Señor en esta tierra de los vivientes” (v. 13).

¿Cuántas veces nuestra fe decae porque por ningún lado vemos sus favores? Es bien cierto que en ocasiones se nos presentan situaciones adversas vez tras vez y no percibimos el más mínimo rayo de luz en medio de oscuridad o desierto vivido. Lo que nunca nos preguntamos en esas duras aflicciones es ¿cuál es tu plan Señor? O ¿para qué lo permitiste? Sin duda alguna, nuestro buen Señor sabe exactamente qué nos está pasando y hacia dónde vamos. Por eso en vez de una queja o un ¿por qué? Preguntémosle ¿para qué? Quizá en ese momento no obtendremos la respuesta, pero con el tiempo Dios nos mostrará que era lo mejor no solo para cada uno, sino posiblemente también para los nuestros.

Confiemos en el Señor de tal manera que también podamos afirmar: “he de ver la bondad del Señor en esta tierra de los vivientes”. El Señor es experto en restaurar, en restituir, en levantar. Seguro que ni tú ni yo somos la excepción. ¡Él lo hará!


Buen Señor y Dios nuestro: te damos gracias porque Tú nos muestras que a pesar de las vicisitudes que se nos presentan, Tú vas adelante llevándonos de tu mano. Enséñanos Señor a tener esa comunicación diaria Contigo, como el mejor momento de deleitarnos en tu presencia y contemplar tu gloria. Esa es la manera Tuya que nos ofreces para recargarnos diariamente y proseguir hasta ver tu gran manifestación en nuestras vidas. Gracias bendito Señor y Dios. ¡Te amamos!


Un abrazo y bendiciones.

viernes, 2 de julio de 2021

Ofrezcamos lo mejor de nosotros hacia los demás

 

El rey se quitó el anillo con su sello, el cual había recuperado de Amán, y se lo obsequió a Mardoqueo. Ester, por su parte, lo designó administrador de las propiedades de Amán. 

Ester 8:2. NVI.


Lectura: Ester 8:1-17.  Versículo del día: Ester 8:2.


MEDITACIÓN DIARIA


Después de la muerte del malvado de Amán que quería exterminar a todo el pueblo judío, el rey Asuero le pasó los bienes de Amán a Mardoqueo; pues Ester le comentó su parentesco. El rey tuvo en cuenta la nueva petición de la reina Ester, de poner fin al plan que Amán había maquinado para exterminar a los judíos de todas las provincias del reino y que expidiera una contraorden que invalidara esos decretos. El decreto se firmó y se selló con el anillo real de tal manera que no se podía revocar.

Nuevamente, el Señor nos demuestra que Él no se queda con nada guardado sea una actuación buena como la de Mardoqueo a favor del rey cuando intentaron matarlo y como la de Amán, queriendo hacer daño, no solamente a Mardoqueo sino a todo su pueblo. De este modo, vemos como Dios utilizó a una mujer no simplemente para salvar al pueblo judío sino también para darle un tiempo de luz y de alegría, de júbilo y honor (v. 16). Aprendamos la lección: Ofrezcamos lo mejor de nosotros hacia los demás. La Biblia nos dice que no nos cansemos de hacer el bien porque a su debido tiempo cosecharemos (Gálatas 6:9).


Amado Señor: gracias por constantemente enseñarnos a comportarnos para tener bendición de parte Tuya. Permite que ante cualquier circunstancia seamos fieles a Ti y demostremos mansedumbre con el prójimo como es tu deseo. Te alabamos Señor por tu inmensa bondad y por llevarnos de tu mano por la senda correcta. Gracias, muchas gracias buen Dios.


Un abrazo y bendiciones.

jueves, 1 de julio de 2021

Acumulemos tesoros para el cielo

Ahora escuchen esto, ustedes que dicen: Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, pasaremos allí un año, haremos negocios y ganaremos dinero. 

Santiago 4:13. NVI.


Lectura: Santiago 4:13-17.  Versículo del día: Santiago 4:13.


MEDITACIÓN DIARIA


La catástrofe presentada en un edificio de Surfside en Miami, ha causado muchas historias al respeto, de las cuáles nos preguntamos ¿qué es la vida del ser humano? Solamente la Palabra de Dios nos tiene la respuesta. “Todo mortal es como un suspiro; sus días son fugaces como una sombra” (Salmo 144:4). A veces creemos que nuestra vida nos pertenece y no es así; no somos dueños de ella. Hoy estamos, mañana no sabemos. Podemos hacer los mejores planes aun para el día siguiente, pero es Otro quien decide si se lograrán o no. Lo que nos dice el versículo del día es así: “Ahora escuchen esto, ustedes que dicen: Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, pasaremos allí un año, haremos negocios y ganaremos dinero”. ¿Y si Dios dice lo contrario? “¡Y eso que ni siquiera saben qué sucederá mañana! ¿Qué es su vida? Ustedes son como la niebla, que aparece por un momento y luego se desvanece. Más bien, debieran decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello” (vv. 14-15 en la lectura).

Así que vivamos el hoy como si fuera el último; de la mejor manera para dar gloria a Dios. No esperemos a confrontarnos con la muerte para apreciar la vida; ni dejemos de hacer el bien siempre que podamos. Demostremos el mismo amor que el Señor Jesús nos ha ofrecido a nosotros. Eso es lo que vale y lo que nos sirve para atesorar en el cielo; la riqueza de aquí se puede destruir fácilmente. ¡Acumulemos tesoros para el cielo!


Amado Señor: enséñanos a vivir teniendo siempre la mirada puesta en Ti. Gracias por el don de la vida que a diario nos ofreces pero que tan poco apreciamos. Solamente abrimos los ojos ante realidades como la sucedida la semana pasada. Señor, nuestra vida está en tus manos; permite que estemos preparados para el día que nos llames a tu Presencia y que todo cuanto hagamos sea para honrarte y darte gloria. En tu Nombre Jesús, amén.


Un abrazo y bendiciones.

miércoles, 30 de junio de 2021

Danos una fe cimentada en la verdad

 

Y dijo el Maestro: Miren lo que he hallado al buscar la razón de las cosas, una por una: ¡que todavía estoy buscando lo que no he encontrado! 

Eclesiastés 7:27-28. NVI.


Lectura: Eclesiastés 7:23-29. Versículos del día: Eclesiastés 7:27-28.


MEDITACIÓN DIARIA


Estoy convencida que el Señor nos ha revelado lo que tenía que revelarnos y de eso tenemos que dar cuenta; pero hay cosas que Dios mantiene en secreto y que Él solamente conoce. Así nos lo dice la Escritura: “El Señor nuestro Dios tiene secretos que nadie conoce” (Deuteronomio 29:29 NTV). Ante todo, Dios es Soberano y ¿quiénes somos nosotros para exigirle que nos de a conocer lo que solo le pertenece a Él? “Es privilegio de Dios ocultar un asunto” (Proverbios 25:2. NTV).

No podemos buscar e indagar más allá de lo permitido porque nos estamos metiendo donde no nos concierne y entonces, el enemigo que es bien astuto, nos lleva a creencias que se salen completamente de lo establecido por Dios. Es el caso de muchos que, por querer investigar más allá, más allá, se han involucrado en la filosofía oriental en donde se dice una verdad en un cúmulo de inexactitudes que conllevan a una falsedad. Lastimosamente como está de auge y es por decir el ‘cool’ del momento, entonces, es fácil dejarse influenciar o confundir con estas teorías. El Señor conoce lo que se oculta en la oscuridad (Daniel 2:22); pero: “nadie puede conocer los pensamientos de Dios excepto el propio Espíritu de Dios” (1 Corintios 2:11 NTV).

Basémonos en lo escrito en la Palabra de Dios que es verdad y la verdad revelada al hombre a través de Jesucristo para salvación de la humanidad. “¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar” (1 Pedro 5:8 NTV)


Amado Señor: te rogamos que cuides nuestro espíritu y nos des el entendimiento y discernimiento espiritual para no dejarnos llevar por lo que el mundo ahora está plasmando, haciéndonos creer falsas doctrinas que no compaginan con lo dicho en tu Palabra. Danos entereza, dominio propio y una fe cimentada en la verdad, que Eres Tú mismo. Gracias, muchas gracias Gran Señor y Salvador.


Un abrazo y bendiciones.

martes, 29 de junio de 2021

El mejor y único camino encontrado

Encamíname en tu verdad, ¡enséñame! Tú eres mi Dios y Salvador; ¡en ti pongo mi esperanza todo el día! 

Salmo 25:5. NVI.


Lectura: Salmo 25:1-10.  Versículo del día: Salmo 25:5.


MEDITACIÓN DIARIA


Creo que nunca nos deja el Señor de estar enseñando. Si de verdad le hemos entregado nuestra vida a Jesús y lo reconocemos como Dios y Señor, seguro que día a día, estamos en un continuo aprendizaje. Aprendizaje que nos encamina hacia la patria celestial. Y esa esperanza prometida nadie nos la puede arrebatar. Ese caminar con el Señor es uno solo; no es verdad lo de: ‘todos los caminos conducen a Roma’ dando a entender que para llegar al cielo podemos tomar diversos atajos. No, no es así. El único que nos puede conducir es el que Es. Jesús le dijo a Tomás: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). Esto le contestó, cuando Tomás le dice que no saben para donde Él va y por lo tanto no conocen el camino. Así que no existe otro camino que no sea a través de Jesús.

El camino, la verdad, la vida; los tres están encerrados en la persona de Jesús. Y David desde su tiempo como profetizando, lo reconoce como su Dios y Salvador. Ahora es el tiempo tuyo. Ábrele tu corazón a Jesús; el Único que puede ofrecerte el mejor camino para que andes en su verdad y alcances la gloria eterna. Oremos si es tu parecer:


Señor Jesús: deseo encaminarme por el mejor camino que me estás ofreciendo. Te entrego mi vida y guíame por tu senda. Te necesito a Ti y necesito tu enseñanza para aprender a conducirme Contigo; perdona mis pecados y hazme de acuerdo a tu voluntad. Gracias por perdonarme y porque en ese andar que me ofreces me diriges hacia la vida eterna a tu lado.


Un abrazo y bendiciones.  

¡Para mi pequeño Luquitas!

  Entonces Jesús llamó a los niños y dijo a los discípulos: -Dejen que los niños vengan a mí. ¡No los detengan! Pues el reino de Dios perten...