El temor del Señor es la base de la sabiduría. Conocer al Santo da por resultado el buen juicio.
Proverbios 9:10. NTV.
Lectura: Proverbios 9:1-12. Versículo del día: Proverbios 9:10.
MEDITACIÓN DIARIA
No hay que confundir “el temor
del Señor” con “el temor al Señor”. Ese ‘del’ y ‘al’, marcan la diferencia. El temor
del Señor se refiere como a la reverencia, a la adoración que todos le debemos
tenerle. Ahora, el temor al Señor se refiere como a un Dios que hay que temer;
un Dios de miedo. No, no. Ese no es el temor que el Señor desea de nosotros. En
mi concepto hay que diferenciar estas dos preposiciones. Dios es un Dios de
amor; el hombre (hablo en término general), aun siendo pecador, Dios le demuestra
su amor: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún
pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8 RVR1960); “Pues Dios amó
tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se
pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16 NTV). Recordemos también la
parábola del ‘Hijo pródigo’.
Dice nuestra lectura
sobre la importancia de la sabiduría: “Si te haces sabio, serás tú quien se
beneficie. Si desprecias la sabiduría, serás tú quien sufra” (v. 12). Dios está
interesado en que reconozcamos que somos pecadores y necesitamos un Redentor. Conocer
al Señor es lo primordial en nuestra vida.
Amado Señor Jesús:
gracias por enseñarnos la importancia de conocerte y alcanzar el entendimiento necesario
para reverenciarte y adorarte como lo mereces. Gracias porque Papito Dios está
más interesado en que aprendamos quién Eres Tú, que en darnos palizas. Él como
buen Padre y amándote como te ama, no escatimó en enviarte al mundo a morir por
nuestros pecados. Gracias, Padre Celestial y gracias, buen Jesús por venir a
pagar en nuestro lugar. Te adoramos y te damos toda la Honra y Gloria que Tú
mereces. ¡Aleluya!
Un abrazo y bendiciones.
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