viernes, 26 de diciembre de 2025

Jesús el Mesías prometido

Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios: -Según tu palabra, Soberano Señor, ya puedes despedir a tu siervo en paz. Porque han visto mis ojos tu salvación, que has preparado a la vista de todos los pueblos: luz que ilumina a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.

 Lucas 2:28-32. NVI.


Lectura: Lucas 2:21-35.  Versículos del día: Lucas 2:28-32.


MEDITACIÓN DIARIA


Cuando María y José llevaron al templo al Niño para presentárselo al Señor, se encontraron con un hombre justo y devoto, que se llamaba Simeón; era profeta y esperaba con anhelo que llegara el Mesías. El Espíritu Santo le había revelado que no moriría sin antes ver al Mesías del Señor. Así que cuando los padres llevaron al Niño, fue movido por el Espíritu Santo y bendijo a Dios porque le había permitido conocer al Salvador antes de él morir (vv. 21-27).  Esta profecía sigue confirmando que Jesús, el Niñito que nació en un humilde pesebre era el Mesías prometido; la luz que ilumina a las naciones y la gloria del pueblo de Israel.

Bendito Dios: gracias porque preparaste todo para que la venida del Mesías fuera el cumplimiento total a tu Palabra. Gracias porque ante la caída de Adán y Eva, nuestros padres primitivos, Tú ofreciste un Salvador y el Señor Jesucristo fue, es y será el único camino hacia Ti, Dios Padre. Yo te ruego que permitas que los que no lo conocen puedan hoy, entender el mensaje de la natividad de nuestro gran Rey y Señor, Jesús el Mesías prometido. Gracias, muchas gracias, Papito Dios por tan hermoso regalo que le diste a la humanidad. ¡Te adoramos Oh Dios! ¡Santo es tu Nombre!


Un abrazo y bendiciones.

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