miércoles, 23 de julio de 2025

Llevemos las Buenas Nuevas sin desmayar

Pues Dios nos salvó y nos llamó para vivir una vida santa. No lo hizo porque lo mereciéramos, sino porque ese era su plan desde antes del comienzo del tiempo, para mostrarnos su gracia por medio de Cristo Jesús; y ahora todo esto él nos lo ha hecho evidente mediante la venida de Cristo Jesús, nuestro Salvador. Destruyó el poder de la muerte e iluminó el camino a la vida y a la inmortalidad por medio de la Buena Noticia. 

2 Timoteo 1:9-10. NTV.


Lectura: 2 Timoteo 1:8-12.  Versículos del día: 2 Timoteo 1:9-10.


MEDITACIÓN DIARIA


En la lectura del día, el apóstol Pablo le dice a su discípulo Timoteo que no se avergüence de contarles a otros acerca de Nuestro Señor, ni tampoco de él, que por causa del Señor está prisionero. Igual le dice que también él debe prepararse para sufrir por Cristo. Pues Dios nos salvó y llamó para vivir vidas santas, regalándonos su gracia a través de Cristo Jesús. Recordemos que eso es lo que dice la Palabra: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8 RVR1960).


El Señor Jesús venció a la muerte y por medio de la Buena Noticia vino a darnos la vida eterna.  Seamos conscientes de esta verdad y démosle gracias al Señor Jesús quien fue el que vino a pagar todo el precio de nuestro pecado sufriendo y muriendo en una cruz, para darnos la salvación y estar por siempre a su lado en la eternidad. Por esta misma razón también nosotros, no debemos de avergonzarnos de llevar las Buenas Nuevas del Evangelio del Señor Jesús, para que muchos más sean los que se salven. Reflexionemos: Si las Buenas Nuevas son tan especiales para nosotros, ¿por qué no compartirlas para que los que no las conocen alcancen esta dicha? Quizá también sufriremos atropellos y tal como están los tiempos, muchas cosas más, pero recordemos que nos espera una bella corona allá en la eternidad. ¡No desmayemos!


Amado Señor Jesús: gracias por tu Palabra que toda es Verdad. Gracias porque nos enseñas a no avergonzarnos al hablar de Ti y de tu mensaje de salvación. Bendito Jesús, si tenemos que pasar angustias y sufrir por Ti, danos a través del Precioso Espíritu Santo, el valor para soportar y continuar sin desmayar, hasta llegar a la meta trazada para cada uno. Queremos que tu Nombre sea enaltecido y que todos sepan que Eres el Salvador del mundo; el Señor de señores y el Rey de reyes. ¡Toda la gloria y honra sean por siempre al Cordero inmolado por salvar a la humanidad! ¡Te amamos Señor!


Un abrazo y bendiciones.

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