Así, pues, los que recibieron su mensaje fueron bautizados y aquel día se unieron a la iglesia unas tres mil personas. Se mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en la oración.
Hechos 2:41-42. NVI.
Lectura:
Hechos 2:41-47. Versículos del día:
Hechos 2:41-42.
MEDITACIÓN
DIARIA
¡Qué
buen ejemplo para la Iglesia del Señor, el comportamiento de los primeros
cristianos! Miremos en lo que se mantenían firmes: en la enseñanza, en la
comunión, en el partimiento del pan y en la oración. Sigamos viendo otros
detalles de ellos, al respecto: “No dejaban de reunirse unánimes en el Templo
ni un solo día. De casa en casa partían el pan y compartían la comida con
alegría y generosidad, alabando a Dios y disfrutando de la estimación general
del pueblo. Y cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos. (vv.
46-47). Es muy clara la explicación sobre la Iglesia primitiva. Sería hermoso
volver a vivirla de esa manera.
Bendito
Señor Jesús: amamos nuestra Iglesia y nos sometemos a ella; sin embargo, buen
Señor, qué bonito sería ser tal, como tu Palabra nos describe a los primeros
cristianos. Permite buen Señor que en este tiempo que estamos viviendo, podamos
reunirnos todos en un mismo parecer y sentir estando de acuerdo y firmes en la
enseñanza de tu Palabra, en la común-unión de todos entre sí; en el partimiento
del pan y en la oración. Mi Señor, que tu pueblo adquirido, tu Iglesia instituida
por Ti, tu nación santa; aprendamos a vivir cada día como el linaje escogido
que somos, con el título que nos has dado de real sacerdocio, para que nos
enseñes a compartir en armonía anunciando gozosos las virtudes Tuyas y reconociendo
que nos llamaste de las tinieblas hacia esa luz admirable que Eres Tú. ¡Qué
hermoso Eres Amado mío!
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario