Cuando llegaron a Jesús, vieron que ya estaba muerto, así que no le quebraron las piernas. Sin embargo, uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y, de inmediato, salió sangre y agua.
Juan 19:33-34. NTV.
Lectura: Juan 19:28-37. Versículos del día: Juan 19:33-34.
MEDITACIÓN DIARIA
El
versículo que sigue dice: “(La información anterior proviene de un testigo
ocular que presenta un relato fiel. Él dice la verdad para que ustedes también
continúen creyendo)”. Vs. 35.
Teológicamente
la sangre y el agua nos muestran dos aspectos importantes de la muerte del
Señor: su sangre, la redención de pecados (Efesios 1:7). La sangre derramada
por el Señor fue para la limpieza de nuestros pecados; somos perdonados y
limpiados y el agua que brotó es señal de vida. Jesús es el agua de vida y vida
eterna (Juan 4:14).
Señor
Jesús: cada vez nos muestras más lo que nos regalaste con tu muerte en la cruz.
No tenemos cómo darte las gracias por tanto bien dado con tu muerte y agonía.
Gracias, bendito Señor; no somos merecedores de tanto amor ofrecido a todos
nosotros. Gracias porque nos perdonas y limpias de todo pecado y porque Tú Eres
el agua de vida. Vida para vivir aquí en la tierra Contigo y vida para seguir a
tu lado en la eternidad. Gracias, gracias. mi buen Señor Jesús.
Un abrazo y bendiciones.
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