lunes, 21 de abril de 2025

Tú: ¿a quién buscas? Jesús es la respuesta

 —Apreciada mujer, ¿por qué lloras?—le preguntó Jesús—. ¿A quién buscas? Ella pensó que era el jardinero y le dijo: —Señor, si usted se lo ha llevado, dígame dónde lo puso, y yo iré a buscarlo. 

Juan 20:15. NTV.


Lectura: Juan 20:1-20.  Versículo del día: Juan 20:15.


MEDITACIÓN DIARIA


La mujer que lloraba era María Magdalena, a quien Jesús le había perdonado multitud de pecados. ‘Al que mucho se le perdona mucho ama’. Tal parece que María Magdalena, fue una mujer prostituta, sin embargo, la Biblia no lo menciona expresamente. El Señor había expulsado siete demonios de ella (Lucas 8:2), pero tuvo un encuentro con el Señor Jesús y Él la rescató (Lucas 7:37-38). El Señor le dijo a esta mujer ‘Tus pecados han sido perdonados’ (Lucas 7:48). En mi concepto creo que esta mujer es la misma María Magdalena (pero tú, amable lector, lo puedes investigar). Lo más importante que quiero resaltar es: “Por lo cual te digo que sus pecados, que son muchos, han sido perdonados, porque amó mucho; pero a quien poco se le perdona, poco ama” (Lucas 7:47). Y fue tal su amor que quiso ir a buscarlo en su tumba y al no encontrarlo, lloró.


Tú, ¿a quién buscas? El Señor está dispuesto a perdonar todos tus pecados: sean muchos o sean pocos. No desprecies ese amor que te está ofreciendo. Ayer celebramos su resurrección que es motivo de alegría. No solamente el Señor padeció en una cruz, sino que su tumba ahora se encuentra completamente vacía. ¡Él resucito! para darte también a ti, la vida eterna. ¡Jesús está vivo! Jesús es la respuesta que has estado buscando; Él dijo ser el único camino, la única vida, la única verdad (Juan 14:6). Hoy, Jesús te muestra la respuesta verdadera. Te invito a orarle así:


Señor Jesús: entiendo que me amas tanto que diste tu vida por mí. Hoy comprendo cuánto te necesito y decido aceptarte en mi vida; te abro la puerta de mi corazón para que seas mi Señor y Salvador. Perdona mis pecados; toma el control del trono que yo manejo y haz de mí una persona nueva. Gracias Jesús por perdonarme, limpiarme y saber que con tu resurrección tengo la vida eterna asegurada a tu lado. Amén.


Un abrazo y bendiciones.

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