Toda palabra de Dios es digna de crédito; Dios protege a los que en él buscan refugio.Proverbios 30:5.
Lectura: Proverbios
30:1-9. Versículo del día: Proverbios
30:5.
MEDITACIÓN DIARIA
La Biblia no tiene
error alguno y no miente. Lo que dice que es, así es y así debemos aceptarlo. Miremos
solamente algunos de los versículos que hablan de ella: Toda la Escritura es
también obra creadora de Dios y es
eterna “Sé además que todo lo que Dios ha hecho permanece para siempre; que no
hay nada que añadirle ni quitarle; y que Dios lo hizo así para que se le tema” (Eclesiastés
3:14). El Señor Jesús también hace referencia a la eternidad de su Palabra: “El
cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán” (Mateo 24:35). Igual
en la oración que le hace al Padre por sus discípulos aun estando en el mundo,
le pide: “Santifícalos en la verdad; tu palabra es la verdad” (Juan 17:17).
La Palabra de Dios es
digna de recibir todo crédito; y no lo decimos por decirlo sino por nuestra
propia experiencia al aceptar al Señor Jesucristo en nuestras vidas. Su mensaje
es fiel y claro como para que nadie lo dude porque es el que nos invita a la
vida eterna; el apóstol Pablo nos lo confirma en su carta a Timoteo: “Este
mensaje es digno de crédito y merece ser aceptado por todos: que Cristo Jesús
vino al mundo a salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero” (1
Timoteo 1:15).
“Toda la Escritura es
inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para
instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente
capacitado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17). Así que nosotros debemos
entender que somos sus discípulos y debemos usar su Palabra para ser
santificados. La Biblia es el Manual de Dios para el hombre y debemos recurrir
a ella para alimentarnos diariamente.
Amado Señor: Gracias
por tu Palabra que es verdad; verdad que nadie puede refutar. Enséñanos a examinarla
cada día para que sea el sustento espiritual que nos levante, mantenga y
fortalezca en las vicisitudes propias del andar cotidiano. Gracias porque
podemos confiar en ella plenamente y buscar santificarnos para saber agradarte
como lo deseas. ¡Te alabamos y adoramos buen Dios!
Un abrazo y
bendiciones.