Anhelo habitar en tu casa para siempre y refugiarme debajo de tus alas.
Salmo 61:4. NVI.
Lectura: Salmo 61:1-5. Versículo del día: Salmo 61:4.
MEDITACIÓN DIARIA
¡Qué mejor que buscar refugio y protección en los brazos
del Señor! David lo sabía muy bien y por eso en sus Salmos le pedía que Él
fuera su libertador, su roca, su escudo y su más alto escondite (Salmo 18:2). Y
es que ‘habitar en su casa para siempre’ es permanecer en su presencia y
recibir con ello toda la bendición que trae consigo. Una bendición que no
solamente nos compete a nosotros, sino que, por nosotros llega a todos los que
nos rodean con prosperidad, paz, seguridad y bienestar. Habitar en su casa para
siempre es en donde aprenderemos, lo que es el Señor ir a nuestro lado tal como
iba con sus discípulos camino a Emaús y empaparnos de su conocimiento (Lucas
24:13-35). ¡Aleluya!
Si papá y mamá siempre están listos para abrir sus
brazos a su niño que busca calor y protección, con mayor razón los brazos de
Papá Dios están disponibles para sus hijos sea a la hora o lugar que se
encuentren, para brindarles también consolación y amor en su refugio seguro. No
hay que dudar a quién acudir en momentos de angustia: “Oh Dios, escucha mi
clamor y atiende a mi oración”; “Porque tú eres mi refugio, mi baluarte contra
el enemigo” (vv. 1 y 3 en la lectura). Anhelemos habitar en su casa para caminar a su lado.
Mi Señor y mi Dios: Gracias por tenerte ahí, siempre
pendiente de nosotros. Gracias por ser tan sorprendente y saber que puedes
caminar a nuestro lado escuchándonos y llenándonos de tu gozo, consuelo y
protección. Gracias porque podemos contar Contigo en cualquier situación y
estás listo para rodearnos de tu amor y perdón. ¡Es maravilloso estar a tu
lado! ¡Es maravilloso oírte en el murmullo de las aguas, en el trinar de los
pajaritos, en el roció de la mañana y hasta en la fila de los paticos que
marchan presurosos hacia un lugar de refugio!
Tus obras buen Dios: Tus obras son majestuosas y lo hermoso, lo hermoso
es que somos parte de esa grandiosa obra. ¡Gracias, muchas gracias mi Señor!
Un abrazo y bendiciones.