Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo.
Efesios 2:8-9. NTV.
Lectura: Efesios 2:1-10. Versículos del día: Efesios 2:8-9.
MEDITACIÓN DIARIA
La lectura del día es muy
clara. Dios nos hace ver a través del apóstol Pablo que todos, absolutamente
todos estábamos muertos a causa de la desobediencia y de los muchos pecados.
Todos vivíamos obedeciendo al diablo, el líder de los poderes del mundo
invisible (vv. 1-3). Infortunadamente, se nos ha hecho creer que, no haciendo
mal a nadie, no diciendo mentiras o haciendo buenas obras, somos buenos y esto
no es cierto. La Palabra de Dios que es la Biblia dice muy claro que todos
hemos pecados y estamos separados de Dios (Romanos 3:23 y 6:23). Así que el
Señor Jesús tuvo que venir para que la relación del hombre con Dios se
restableciera. Él murió en nuestro lugar y cargó con todo el peso de nuestros
pecados. Jesús se convierte en el puente para llegar a Dios Padre. “Jesús le
contestó: —Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no
es por medio de mí” (Juan 14:6). Sabiendo que Jesús en el camino, la verdad y
la vida, debemos recibir a Jesús en nuestra vida para llegar al Padre y por
ende tener vida eterna junto a Él.
La salvación es un regalo
de Dios, Él te la está ofreciendo; en ti está, si la aceptas o no. Si decides
hacerlo te puedo guiar con una corta oración; lo importante no son tanto las
palabras sino la sinceridad con que la hagas:
Señor Jesús:
entiendo que soy pecador y que Tú viniste a morir en mi lugar. Gracias por
permitirme saber esta verdad. Hoy deseo que vengas a morar conmigo. Te recibo
en mi corazón para que seas mi Señor y Salvador. Perdona mis pecados y hazme la
persona que deseas que yo sea. Gracias Jesús por perdonarme, limpiarme y darme
la vida eterna a tu lado. Amén.
Un abrazo y bendiciones.