Alaba, alma mía, al señor, y no olvides ninguno de sus beneficios.
Salmo 103.2.
Lectura diaria: Salmo 103:1-22. Versículo del día: Salmo 103:2
ENSEÑANZA
Hoy, último día del año, es propicio para darle gracias al Señor por los favores recibidos en el 2009. Darle gracias no sólo por lo bueno sino también por lo malo. Recordemos que a los que aman a Dios, todas las cosas le ayudan a bien (Romanos 8:28). Dios desea de nosotros, un corazón agradecido. Si ponemos en una balanza los pros y contras del año, seguro que se inclinará más hacia el lado de los pros; el hecho de estar vivos es una de las manifestaciones del amor de Dios y por este don de la vida debemos exaltarle y honrarle. Ahora bien, si dices: “no tengo nada que agradecerle”, estás equivocado; quizá no te has percatado de las innumerables veces en que el Señor te cubrió y protegió; así no ores tu por ello, siempre habrá alguien que esté clamando porque te guarde tanto en la salida como en la entrada. Y si no lo hubiera, el hecho es que su Palabra lo dice y si lo dice es porque así es. El Salmo 121 nos habla sobre su protección: “Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y de la tierra”; “El Señor es quien te cuida, el Señor es tu sombra protectora”; “El Señor te cuidará en el hogar y en el camino desde ahora y para siempre” (versos 2, 5 y 8). Entonces manos a la obra: dejemos que nuestra alma lo adore: “Amado Dios y Padre, queremos darte las gracias por todos los beneficios con los que nos has colmado en este año. Darte las gracias, por las enfermedades, las crisis económicas, emocionales y físicas por las que hemos pasado. Tan grande es tu amor y a la vez tan compasivo que ni siquiera podemos medirlo. Solamente sabemos Señor, que estás ahí, junto a nosotros y que siempre nos brindas tu apoyo incondicional, por eso Señor te alabamos y rendimos todo honor y gloria a ti quien eres el único merecedor. Toma nuestras vidas y permite que día a día sigamos el camino contigo. En el nombre de Jesús, amén.
Un abrazo y bendiciones.
¡FELIZ AÑO!