Yo, el Señor, Dios de Israel, lo afirmo. Yo honro a
los que me honran, y humillo a los que me desprecian”. 1 Samuel 2:30b. NVI.
Lectura: 1 Samuel 2:12-36. Versículo del día: 1 Samuel 2:30b.
MEDITACIÓN DIARIA
El sacerdote de aquel tiempo era Elí. Sin embargo, sus
hijos menospreciaron como sacerdotes los sacrificios al Señor y no le pusieron
atención a su padre cuando les llamó la atención (vv. 12-17; 22-25). Todo esto
hizo que el Señor le quitara el sacerdocio a la familia de Elí y levantara otro
sacerdote que lo honrara como era debido.
Lo que le pasó a Elí con sus hijos nos debe de servir
de ejemplo para que como padres los disciplinemos de tal manera que desde
pequeños tengan el temor de Dios. Hay que saber ejercer la autoridad para
frenarlos y castigarlos en su momento para no dejarles coger ventaja. De lo
contrario, el padre que es alcahueta y permisivo con sus hijos tendrá que darle
cuentas a Dios y Dios esto lo toma como el honrarlos más a ellos. Recordemos
que no hay nada ni nadie que pueda estar por encima de nuestro Dios porque ese
es el primer mandato dado por el Señor Dios de Israel (Deuteronomio 6:5), y
resumido por Nuestro Señor Jesucristo cuando dijo: “Ama al Señor tu Dios con
todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”
(Marcos 8:30).
Amado Señor: gracias por la enseñanza que nos dejas para
saber educar a los nuestros en el temor reverente hacia Ti. Te rogamos que ante
todo seamos ejemplo para ellos amándote y teniéndote siempre en el primer lugar.
Pedimos tu sabiduría para guiarlos por el camino correcto con la ayuda de tu
Santo Espíritu. Gracias bendito Señor.
Un abrazo y bendiciones.