Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo he de partir. El Señor ha dado; el Señor ha quitado. ¡Bendito sea el *nombre del Señor!Job. 1:21.
Lectura: Job 1:1-22. Versículo del día: Job. 1:21.
MEDITACIÓN DIARIA
La historia de Job, nos deja una lección para
entender que no debemos apegarnos a nada material en esta vida. Hoy tenemos, mañana tal vez no. Siendo Dios
el dueño absoluto de todo: tanto de bienes materiales como de las vidas
humanas, tenemos que entender que aquí en la tierra, solamente estamos de
paso. Que si Dios nos bendice más de la
cuenta: bienvenida sea la riqueza. No somos los dueños de nada, simplemente
administradores y de lo que se nos da, tenemos que llevar las cuentas claras y
ser fieles en ese trabajo.
Ahora, si el Señor da y
después quita, está en todo su derecho; es parte de su soberanía y no somos
nadie para exigirle lo contrario: “Porque nada trajimos a este mundo, y nada
podemos llevarnos” (1 Timoteo 6:7). La
felicidad no la podemos medir por tener o no tener. Hay que estar alegres y agradecidos con Dios,
teniendo o no teniendo. Si nos dejamos llevar por la aflicción en tiempos de
crisis financieras, estamos poniendo por encima de Dios a las riquezas y esto
es pecado. Valdría la pena hacernos la misma pregunta que Job, le hizo a su
esposa: “¿Aceptaremos el bien de Dios y no aceptaremos el mal?” (Job 2:10
Biblia de las Américas).
Job, fue un hombre íntegro.
En ningún momento se fue contra Dios y supo con paciencia aceptar su situación.
Superó la prueba y después Dios lo hizo prosperar de nuevo; tuvo el doble de lo
que antes había tenido.
El apóstol Pablo, también
nos enseña que hay que aprender a vivir cualquiera que sea la circunstancia:
tanto en la pobreza como en la abundancia (Filipenses 4:12). Y es que no
podemos dejar que las circunstancias sean el motor de nuestra vida. El motor es el Señor y de Él dependemos.
Amado Señor: Sabemos
que no es fácil darte las gracias cuando estamos pasando diferentes dificultades.
Enséñanos a verte a ti en cualquier situación y aceptar gozosos tanto la
abundancia como la escasez. Gracias Señor porque todo es tuyo y tú repartes a
quien quieres y como quieres.
Un abrazo y
bendiciones.