¡Aleluya! Ya ha comenzado a reinar el Señor, nuestro Dios Todopoderoso. ¡Alegrémonos y regocijémonos y démosle gloria! Ya ha llegado el día de las bodas del Cordero. Su novia se ha preparado, y se le ha concedido vestirse de lino fino, limpio y resplandeciente. (El lino fino representa las acciones justas de los santos).Apocalipsis 19:6b.8.
Lectura: Apocalipsis
19:1-21. Versículo del día: Apocalipsis
19:6b-8.
MEDITACIÓN DIARIA
A todos nos gusta asistir a bodas y siempre
deseamos que las de nuestros hijos sean las mejores; y los casados, aun recuerdamos
con beneplácito el día de su acontecimiento
Pero se va a realizar
una boda muchísimo más espectacular que cualquier otra a la que hayamos
asistido: serán las bodas del Cordero y a las que solamente tendrán acceso los
creyentes en Cristo el Señor. Allí estarán todos los que han confesado su
nombre y han creído firmemente en Él.
¡Gloria a Dios porque yo estaré dentro de los convidados! Por más que tratamos de imaginarnos su
esplendor y magnitud, creo que no lograremos captar lo que será tal evento. ¡Será algo inigualable!
Dice en los versículos
7 y 8 que su novia se ha preparado para vestirse de lino fino, limpio y
resplandeciente y que el lino fino son las acciones justas de los santos. Nosotros, ya somos sus santos, sus escogidos
e invitados a las bodas del Cordero.
Esta es una más de las promesas que ganamos cuando recibimos a Cristo en
nuestras vidas. Esta fiesta será
grandiosa y su novia, la Iglesia, espera ansiosa este día.
Dios desea que todos
participemos de este convite; es el momento indicado para darle el “Sí” al
Señor. Él está esperando por ti; en la
lista de invitados faltas tú. ¿Quieres
decidirte hoy? Es muy fácil, con una
oración sincera ya tienes tu tarjeta de invitación. Si es tu deseo te sugiero que oremos así:
Amado Cristo: Confieso
con mi boca, creyendo en mi corazón que eres el Hijo de Dios quien vino a
salvarme y darme la vida eterna. Señor, quiero estar en las bodas que se
celebrarán allá en el cielo, junto con toda tu iglesia y ser yo también la
novia adornada con trajes limpios y finos para recibirte a ti. ¡Ven a mi vida
Señor! Perdona mis pecados y hazme la persona que deseas que yo sea.
Un abrazo y
bendiciones.
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