Cuando el centurión y los que con él estaban custodiando a Jesús vieron el terremoto y todo lo que había sucedido, quedaron aterrados y exclamaron: —¡Verdaderamente este era el Hijo de Dios!.
Mateo 27:54. NVI.
Lectura:
Mateo 27:45-55. Versículo del día: Mateo
27:54.
MEDITACIÓN
DIARIA
Es
que no solamente fue el terremoto; la tierra quedó en completa oscuridad desde
el medio día hasta las tres de la tarde (v. 45). Cuando entregó su espíritu, la
cortina del templo se rasgó en dos de arriba abajo; la tierra tembló y las
rocas se partieron en dos. Se abrieron los sepulcros y muchos creyentes que
habían muerto resucitaron (vv. 51-53). Todos estos sucesos hicieron que el
centurión y los soldados que lo acompañaban quedaran aterrorizados por el
terremoto y lo acontecido, de manera tal, que no les quedó más que proclamar
que Jesús era el Hijo de Dios.
Y
tú, ¿quién crees que es Jesús? Recordemos lo que el Señor le dijo a Tomás: “—Porque
me has visto, has creído —le dijo Jesús—; dichosos los que no han visto y sin
embargo creen” (Juan 20:29 NVI). Serás dichoso, bienaventurado, bendito, feliz.
¿Y sabes por qué? Porque si crees en Jesús tendrás la salvación; gozarás de la
vida eterna en el cielo. Entonces ¿qué dices? Si te parece te puedo guiar con
una corta oración para que hables con Jesús:
Señor
Jesús: entiendo que te necesito y que moriste en la cruz por mí. Hoy decido
creer en Ti, igual que el centurión reconozco que Eres el Hijo de Dios. Quiero
pedirte que perdones mis pecados y me des el regalo de la salvación. Toma mi
vida y con ella el control que yo manejo; te la entrego para que seas mi Señor
y Salvador. Hazme la persona que deseas que yo sea. Gracias Señor por
perdonarme, limpiarme y darme la vida eterna a tu lado. Amén.
Un abrazo y bendiciones.
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