El Señor es mi fortaleza y mi escudo; confío en él con todo mi corazón. Me da su ayuda y mi corazón se llena de alegría; prorrumpo en canciones de acción de gracias.
Salmo 28:7. NTV.
Lectura:
Salmo 28:1-9. Versículo del día: Salmo
28:7.
MEDITACIÓN
DIARIA
Le
pido al Señor que nuestra oración sea igual a la del rey David. Que a pesar de
los problemas y vicisitudes que enfrentemos, siempre nuestro corazón esté lleno
de gratitud hacia nuestro buen Dios. Es que es muy liberador hablarle al Señor
contándole lo que nos pasa; decirle tal como nos sentimos. Al fin de cuentas
para qué cambiar las cosas, ¿si Él lo sabe todo? No podemos decirle que estamos
felices, cuando nuestro corazón llora. Aprendamos a sincerarnos con nuestro
Señor, tal como lo hacía David.
Amado
Señor Jesús: gracias por enseñarnos a ser sinceros Contigo; gracias porque sabemos
que escuchas tanto nuestro clamor como nuestra alabanza y adoración. Gracias
por amarnos tanto buen Jesús. Enséñanos a tenerte siempre como al mejor de los
amigos; como al confidente que jamás nos defrauda y como al hermano mayor que
nos lleva de la mano para guiarnos y no perdernos del camino. Gracias, muchas gracias,
dulce Jesús.
Un abrazo y bendiciones.
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