Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores, pero nosotros lo consideramos herido, golpeado por Dios y humillado. Él fue traspasado por nuestras rebeliones y molido por nuestras iniquidades. Sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz y gracias a sus heridas fuimos sanados.
Isaías 53:4-5. NVI.
Lectura:
Isaías 53:1-12. Versículos del día:
Isaías 53:4-5.
MEDITACIÓN
DIARIA
El
profeta Isaías predijo exactamente lo que le iba a pasar al Señor Jesucristo
cuando viniera a la tierra. Es importante leer todo este capítulo de Isaías 53.
Y es que todo lo padecido por el Señor Jesús, fue para que tanto tú como yo
pudiéramos tener el perdón de pecados y lograr de este modo la salvación. El Evangelio de Juan nos dice que tenemos que
recibirlo: “Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio
el derecho de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:2). Jesús es el único camino
para poder llegar al Padre, no hay otro; no podemos creer que tal o cual santo
nos va a llevar hacia el Padre, porque la Palabra de Dios que es la Biblia,
bien claro nos muestra que no lo hay, sino solamente en Jesús: “Jesús le
contestó: —Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no
es por medio de mí” (Juan 14:6 NTV).
Así
que no hay otro camino. El Señor Jesús fue traspasado por nuestros pecados; su
sacrificio no fue cualquier cosa y este nos permite la entrada al cielo. Por
eso yo te insto a que hoy le entregues tu vida; puedes orar con Él como si
fuera tu mejor amigo. Orar es hablar con Dios. Si te parece, te puedo sugerir
una oración, dile así:
Señor
Jesús: entiendo que te necesito y que me amas tanto que fuiste traspasado por
mis pecados. Te pido perdón y te abro la puerta de mi vida para que seas mi
Señor y Salvador. Toma el control del trono que yo manejo y hazme la persona
que deseas que yo sea. Gracias por perdonar mis pecados, limpiarme y darme la
vida eterna Contigo; amén.
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario