Jesús contestó: —‘Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente’. Este es el primer mandamiento y el más importante. Hay un segundo mandamiento que es igualmente importante: ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo’. Toda la ley y las exigencias de los profetas se basan en estos dos mandamientos.
Mateo 22:37-40. NTV.
Lectura:
Mateo 22:34-40. Versículos del día:
Mateo 22:37-40.
MEDITACIÓN
DIARIA
El
Señor me llevó a hacer mi devocional de hoy sobre el amor al prójimo, porque a
veces creemos que nos queda fácil amarlo y si vamos a la práctica, así no es. Personalmente,
no sé si es que el Señor actúa cuando nos sentimos fuertes en un área
determinada y se torna al revés. Me explico: yo considero que me es fácil amar
al prójimo y cuando escucho algo respecto, pienso; ‘para mí eso no es problema’,
pero preciso alguna situación sucede que no me gusta, me enojo y pierdo la
paciencia, entonces, el Espíritu Santo me muestra que también soy débil en esa
área. No era tan fuerte como lo pensaba. De ahí surge la pregunta: ¿amo porque me
aman? O ¿amo a pesar de…? Si solamente amo porque me aman, no estoy en nada;
hay que amar tal como Dios nos ama. El amor de Dios es incondicional. Dios nos
ama no porque lo merezcamos o hayamos hecho algo para alcanzarlo; nos ama
porque esa es su esencia. Su gracia es un ejemplo claro de esto: Por su gracia
somos salvos. Su gracia, su regalo, su don. Busquemos amar del mismo modo que
lo hace Dios con nosotros.
Amado
Señor Jesús: Tú Eres la muestra más clara del amor de Dios por la humanidad.
Enséñanos a amar al prójimo sin pedir nada a cambio; viendo en cada persona tu
rostro sabiendo que, si te amamos, también podemos amar al que miramos de igual
forma. Señor, que de nuestros corazones fluya el amor sincero no solamente a
los adultos sino en especial a los niños que muchas veces sin saberlo sufren
más que los mayores. Gracias, gracias por tanto amor dado.
Un abrazo y bendiciones.
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