El rico y el pobre tienen esto en común: a ambos los hizo el Señor.
Proverbios 22:2. NTV.
Lectura:
Proverbios 22:1-5. Versículo del día:
Proverbios 22:2.
MEDITACIÓN
DIARIA
Para
el Señor no existe distinción alguna de personas y con respecto a las riquezas,
nos deja la lección de saber administrarlas porque estas son efímeras; se van
volando sin saber a qué hora. Por eso, si nosotros tampoco tenemos distinción, que
es lo correcto, mientras se tenga el
modo de darle la mano al pobre hay que hacerlo. Miremos lo que dice el Señor al
respecto: “Servir al pobre es hacerle un préstamo al Señor; Dios pagará esas
buenas acciones” (Proverbios 19:17). Si analizamos profundamente este
versículo, nos damos cuenta de que es como si el Señor saliera fiador del
pobre; en conclusión, es exactamente como prestarle directamente al Señor.
Siempre he dicho que el Señor no se queda con nada guardado, sea bueno o sea
malo; y el versículo adjunto dice: “Dios pagará esas buenas acciones” y seguro
que las pagará con intereses muy elevados.
No
dudemos en tenderle la mano al menesteroso siempre que lo podamos hacer. La
generosidad debe ser una virtud de todo aquel que dice seguir a Jesús.
Amado
Señor Jesús: a lo largo de tu ministerio nos mostraste y enseñaste la compasión
Tuya por el prójimo; te rogamos buen Señor que plantes en nuestro corazón el
deseo entrañable de ayudar al pobre. Danos un corazón misericordioso, amigable,
bondadoso y humilde hacia el necesitado y que siempre estemos dispuestos a colocarnos
en su lugar y comprender de este modo su situación precaria. Haz que entendamos
que si Tú nos bendices es para bendecir de igual manera. Gracias, gracias
bendito Señor; ¡queremos ser como Tú!
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario