martes, 7 de enero de 2025

Sí, sí; pongamos las cosas en orden

 

¡Lávense, límpiense!  ¡Aparten de mi vista sus obras malvadas! ¡Dejen de hacer el mal! ¡Aprendan a hacer el bien! 

Isaías 1: 16-17a


Lectura: Isaías 1:1-20.  Versículos del día: Isaías 1:16-17a


MEDITACIÓN DIARIA


Muy buena la exhortación del profeta Isaías para el pueblo del Señor. Más adelante nos dice: “Pongamos las cosas en claro dice el Señor. Aunque sus pecados sean como escarlata, quedarán blancos como la nieve. Aunque sean rojos como la púrpura, quedarán como la lana” (v. 18)


El amor del Señor es tan grande, que nos llama a lavarnos; o sea a confesar nuestros pecados, con actitud sincera. Queriendo hacer las cosas bien, dejando atrás toda ira, todo enojo, todo resentimiento, toda falta de perdón y teniendo muchísima misericordia y amor. Empezando este nuevo año pongamos las cosas en orden, como nos lo está mandando el Señor.


Mi amado Señor Jesús: vengo ante Ti para que seas Tú a través del precioso Espíritu Santo permitiéndome reconocer toda falla, todo pecado que aun haya olvidado hacer. Quiero presentarme y comenzar este nuevo itinerario completamente ligada a tu Presencia. Que nunca se me olvide todo lo que hiciste por mí y sigues haciendo porque cada vez que tienes que pulirme es porque sabes cuánto lo necesito. Gracias mi Señor; tanto tallar este molde duele mucho. Sí, sí, duele más de lo que yo misma podía imaginar. Sin embargo, te doy infinitas gracias porque reconozco que es tu amor que me está formando a la estatura que me quieres ver. Hoy oro mi Señor por toda mi familia empezando por mi esposo, llena toda su vida de buena y suficiente salud, Gracias por mis tres hermosos hijitos y sus hogares. Oro para que en cada hogar de ellos reine el amor, la comprensión, la tolerancia, el respeto, la cordialidad y la amabilidad. Que también se llenen de misericordia para enfrentar los problemas que surgen en toda relación y sepan perdonar. Que te digo de esos cuatro preciosos Muñequitos mi Señor: son tan bellos, tan inocentes, tan juguetones; que de verdad son la más linda corona que me has regalado en mis años dorados. Oro por ellos Señor mío, guárdalos, cuídalos, no permitas que el enemigo se vaya contra ellos. Te ruego que en todo camino pongas un cerco de protección con tus ángeles alrededor de ellos. De mí, que te puedo decir: mi vida entera te pertenece. Gracias, gracias, mi buen Jesús. Infinitas gracias te doy y alabo tu Nombre por siempre.


Un abrazo y bendiciones.

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